Orihara Izaya está enfermo - Pt. 2

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PDV 3

Esta vez, cuando Orihara Izaya abrió los ojos, no fue tan lento en ubicarse y recordar todo lo que había pasado como la primera vez, pues lo primero que captó fue el familiar olor a cigarrillo que le desagradaba tanto.
Giró la cabeza hacia la izquierda, notando por esta acción que el pañuelo húmedo en su frente se abultaba de un lado. Lo apartó haciendo una leve mueca y entonces halló la presencia de Shizuo en la habitación;
-Ah, ¿ya despertaste?- dijo el rubio que apenas se había percatado de que el azabache se había abierto los ojos. Apartando el cigarrillo de sus labios con sus dedos, se levantó del suelo, pues había estado instalando un kotatsu.
Izaya probablemente tenía algo más que decir, pero el mueble lo distrajo un poco y lo miró con algo de curiosidad mientras se incorporaba en la caba.
-¿Kotatsu...?- fue lo primero que dijo.
El kotatsu no se usaba todas las épocas del año, generalmente cuando hacía mucho frío... Izaya tenía mucho frío en ese momento, pero en un principio había creído que solo se trataba por la fiebre.
-Hum... si, mira...- Shizuo alzó la mano y señaló a la ventana, que se ubicaba del otro lado de la habitación. Izaya giró la cabeza para ver a donde le señalaba y distinguió un montón de algodones cristalinos revoloteando fuera de la ventana.
-¡Está nevando!- exclamó algo sorprendido el informante, pues no solo estaba nevando sino que había una tormenta ahí afuera. -¿He dormido tanto tiempo...?
-Solo una hora, me parece...- respondió Shizuo.
Izaya giró la cabeza en el momento en el que Shizuo apareció a un lado de él, con el rostro muy cerca del suyo.
-¡¿Q-Qué...?!- el azabache, adquiriendo de repente algo más de color en sus pómulos, se echó para atrás sobresaltado.
-Cierra el pico, pulga, ven acá...- Shizuo tomó la nuca de Izaya para atraerla hacia él hasta que chocó su frente con la suya con delicadeza. Izaya apretó los ojos como si estuviera esperando algo horrible, paro al ver que no pasaba más que eso, abrió los ojos y le dirigió una mirada a Shizuo, quien tenía una expresión seria en ese momento. Segundos después, el rubio se apartó levemente e Izaya notó que sus pómulos estaban ligeramente enrojecidos... pero no dijo nada al respecto.
-Te bajó la temperatura, pero aún estás algo caliente.- murmuró.
Izaya alzó una ceja.
-¿Oh? ¿Shizu-chan sabe de esto?- cuestionó.
-No realmente... pero, tu temperatura, eso si lo se medir. Estoy acostumbrado, después de todo.- dijo mientras se daba la vuelta.
Izaya estuvo por preguntarle a que se refería, pero recordó entonces lo común que era que Shizuo chocara su cabeza con la suya cuando peleaban. Aunque esta vez había sido mucho más delicado. Se tocó la frente inconscientemente.
-¿Y bien?- interrumpió la voz de Shizuo, Izaya dio un leve saltito apartando la mano de su frente y miró hacia donde estaba el rubio. -¿Puedes moverte?
Shizuo se encontraba sentado frente al kotatsu, con las piernas cubiertas por la colcha de este.
Izaya salió de debajo de las cobijas, notando por fin el frío que realmente hacía y se apresuró a cubrirse con el kotatsu, frente a Shizuo.
La cálida sensación que emanaba desde debajo de la mesa resultaba muy reconfortante, pero, a demás de todo...
«Que nostalgia...» pensó Izaya mientras esbozaba una muy leve sonrisa mientras cerraba los dedos en la colcha.
Casi pudo escuchar la voz de Mairu diciendo el frío que hacía y a Kururi haciéndole eco mientras ambas se escondían debajo del kotatsu. Eso le molestaba de vez en cuando a Izaya, pues no se estaban quietas y le quitaban los calcetines... pero, por otro lado, tampoco dejaba que se durmieran con la mitad del cuerpo fuera y la otra dentro del kotatsu, pues después se resfriaban.
-¿Qué pasa con esa expresión tuya de repente?- preguntó de repente Shizuo, interrumpiendo ese corto flashback que había tenido Izaya en ese momento. Este alzó la cabeza para mirar al rubio.
-Ah... nada, realmente. Simplemente, hace mucho que no me sentaba en uno de estos...- dijo con honestidad.
-Hum... siendo honestos, yo también.- confesó Shizuo soltando una bocanada de humo por los labios. -A demás es de las pocas veces que realmente siento frío, así que...
Izaya notó que debía de ser verdad, pues las cobijas tenían algo de polvo. Alzó la cabeza de nuevo y miró de manera ligeramente burlona a Shizuo.
-Ja... ¿aprovechaste que estaba aquí?- adivinó Izaya. Generalmente el kotatsu era motivo para que la familia se juntara y conviviera, pero no era algo tan alocado instalarlo solo para ti... aunque Izaya tampoco lo hacía. Ni siquiera se le había pasado por la mente. -¿y qué, trajiste mandarinas?
Para su sorpresa, Shizuo metió la mano a una bolsa de plástico cerca de él y sacó dos redondas y naranjas mandarinas, colocándolas ambas sobre la mesa frente al informante.
Izaya alzó una ceja.
-¿...nabe?- agregó el azabache.
Shizuo suspiró ligeramente.
-No precisamente nabe, pero un intento.- dijo con un leve suspiro. -Iré a ver si ya está listo. Mientras tanto...- tomó una taza azul, que, Izaya apenas se daba cuenta, había dejado sobre la mesa al lado de la cama y se la ofreció a Izaya, quien la tomó, sintiendo la energía de el calor debajo de sus dedos. Miró el líquido. No esperaba café, ya que no ayudaba a la deshidratación, pero aquello tampoco era té. Era simplemente agua caliente.
Ladeó la cabeza algo confuso.
-Cierra la boca. No tengo té.- dijo Shizuo irritado al ver su expresión.
-Era de esperarse de Shizu-chan... tiene gustos tan infantiles...- chasqueó la lengua dejando la taza sobre el kotatsu.- Pero, ¿sabes? es por algo que los niños le agregan leche y miel.
-Ya lo se, solo no tengo té en este momento, así que confórmate con eso, ¿quieres? Carajo... incluso medio muerto puedes ser tan irritante.
Shizuo salió a grandes zancadas de la habitación e Izaya suspiró levemente mientras bebía un poco de agua.
Momentos después, regresó el rubio con dos platos de sopa. Parecían simplemente fideos con verdura. Izaya estuvo por burlarse nuevamente, pero Shizuo habló antes;
-Cállate y come.- dijo malhumorado.
Izaya esbozó una torcida sonrisa mientras tomaba la cuchara. La verdad es que no tenía mucho apetito.
-Tengo derecho a burlarme, ¿sabes? No estaría aquí si no fuera por ti en un principio.
-No, seguirás tirado medio muerto en Shinjuku.
-¡Me golpeaste en la cabeza con una señal de tránsito!
-Tsk. No es como que no te lo merecieras.- dijo sentándose frente al kotatsu.
-Enfermo no, eso es aprovecharse demasiado.- se quejó. Aunque la verdad era que cuando Manami fue a intentar matarlo cuando lo apuntalaron le había parecido tremendamente divertido, pero, por otro lado, estaba bastante más despierto que está vez y había estado preparado para cualquier intento de asesinato... Quien sabe, probablemente también la emoción y la adrenalina habían afectado a que ignorada completamente el dolor de la herida en el abdomen.
-Lo que tú digas. Ahora come.- Shizuo, por otro lado, comenzó con su plato.
Izaya se tragó sus palabras y se obligó a concentrarse en la comida. Probó la primera cucharada y parpadeó un tanto sorprendido.
-Vaya, Shizu-chan, esto no está ni remotamente tan mal como lo esperaba.- soltó el azabache.
-Te dije que te callaras.- dijo Shizuo apretando la mandíbula.
-No, no, eso ha sido un cumplido. Nunca creí que fueras buen cocinero.- comentó. Shizuo se sorprendió a sí mismo con las mejillas ligeramente encendidas. -O tal vez es que no he comido desde... Realmente no lo recuerdo.
-Bueno, entonces come, idiota.
-Ya, ya, estoy en eso, estoy en eso.- dijo, y continuó comiendo.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2015 ⏰

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