Thank you

842 58 22
                                    

Cuando abrió sus ojos no podía ver nada, pero podía sentir que algo observaba aun fuera la nada misma. Su cuerpo dolía, sintiendo la sangre secarse en su rostro y manos... ¿Cómo sabía que era sangre? El olor metálico que desprendía lo volvía evidente, o lo fue hasta que un olor a vainilla le invadió mientras todo comenzaba a iluminarse poco a poco hasta notar el azul destacar en el cielo junto un peso extra en su vientre, teniendo que bajar la mirada y encontrarse con una mancha borrosa.


Cabello rojizo, piel bronceada. Podría jurar que le estaba sonriendo como antes del accidente.


— ¿Qué estás haciendo?... Misaki— Murmuro apenas, sintiendo la garganta seca.


— Solo quería saber si el mono seguía con vida — Su tono era tranquilo y normal a pesar de las manchas negras en sus manos, brazos y piernas; como cuando quemas un papel y queda chamuscado. — Estuviste tanto tiempo inconsciente que pensamos que estabas muerto —


— ¿Pensamos? —


— Anna y yo, por supuesto — llevo su mano hasta el rostro de Saruhiko, quitando un mechón que caía sobre su rostro — Los demás te esperan — Quemado, a eso comenzaba a oler.


— Homra también los espera... — Odiaba admitirlo, pero no tenía tiempo esta vez, tenía que ser breve.


— Misaki no volverá con nosotros — Una pequeña mancha blanca con rojo apareció en su panorama, sintiendo la mirada sobre él — No podemos llevarlo de regreso —


Fushimi no lograba entender lo que decían, ni siquiera lograba entenderse a sí mismo. ¿Por qué hablaban de eso? ¿Por qué estaba tan lastimado? ¿Por qué había sangre en sus manos? ¿Por qué su pecho dolía?


POR QU----


Fuego

Gritos

Cepas

Azul

Misaki

Espada


Y volvió a sentir el ácido gástrico subir por su garganta, arrastrándose hasta dar la media vuelta, revolviendo ahí mismo el ácido y saliva mientras apretaba su vientre con sus brazos, esperando que el dolor pasara.


— Mono, deja de forzarte — Su tono de voz solo mostraba preocupación y tristeza. — Anna debe volver contigo, fue lo que prometió —


— Me niego — respondió a duras penas mientras jadeaba. — No volveré sin ti —


— ¡No seas testarudo! ¡Anna se tomó la molestia de venir hasta aquí por ti! —


— ¡Ya he dicho que no me iré sin ti! — Grito mientras volteaba hacia el castaño, observándole con cierta tristeza y enojo — Anna puede volver, pero yo me quedare aquí —

See you again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora