See you again.

Heartache

La batalla finalmente se había desatado, la alianza mesa de café contra JUNGLE. Los clansmen defendían a su respectivo rey y compañeros, los choques contra el suelo ambientaban el sitio mientras los reyes defendían a los suyos a su manera.

Los principales jugadores de JUNGLE batallaban con su respectivo hilo, viéndose la danza del diablo entre Yukari y Kuro mientras Neko jugaba con Sukuna. HOMRA y el Scepter 4 lidiaban con los jugadores más bajos a excepción de Yata y Kusanagi quienes tocaban su melodía de batalla contra el ex miembro rojo y azul Fushimi.

El rey gris hacia su trabajo de proteger a Nagare de los reyes aliados, siendo así el infierno de la ciudad, mientras los ciudadanos corrían lejos a protegerse de aquella batalla infernal.

There is the head

On the grave you're under

Todo había salido mal, todo estaba mal, esto no estaba planeado, de ninguna manera. Había sido un incidente, uno muy desafortunado, pero no podía acercarse e intentar ayudar, no había forma, ¿era un traidor? ¿No es así? ¿NO ES ASÍ? Entonces... ¿Entonces porque sentía su mundo quebrarse?

...

Homra se veía alterado, sumamente alterado mientras Kusanagi cargaba un pequeño cuerpo de 1,66.9cm. Parte de los azules se dedicaba ayudar a los rojos con el chico mientras otros protegían de los verdes insistentes. Saruhiko dio un paso adelante mientras su orgullo caía al suelo, necesitaba ver a su amigo de la infancia, necesitaba saber el daño, necesitaba saber si seguía vivo por lo menos.

"¡Misión cumplida! ¡Has ganado 3,000 JUNGLE points!"

¿3,000 puntos? ¿Por qué?... Misaki... La cabeza de Misa valía eso. Debían estar jodiendolo, él no pudo haberlo matado, no era verdad todo esto, es solo una pesadilla, una pesadilla muy larga de la cual no puede despertar. No, no era una pesadilla, era el infierno, uno en él cual tuvo que sobrevivir con una máscara, una la cual ahora se encontraba rota en el suelo.

- ¡Misaki! - Grito con la idea de acercarse, quería ver con sus propios ojos que el sistema le engañaba y Yata sería vivo como hace apenas unos momentos. Pero una llamarada no se lo permitió, logrando esquivarla en un apenas de centímetros; sabía de quien era aquella llama, podía recordarla muy bien a pesar de los años.

- ¡Fushimi, quédate lejos de Yata! - Grito el barman con una expresión que jamás había visto, una de suma preocupación y rabia. - ¡Ya has hecho demasiado! ¡Si aprecias tu vida, lárgate! - Apretó los puños antes de irse por donde llevaban a Yata con apuro, logrando observar aquel pequeño cuerpo por un segundo. Inmóvil, pálido, con carmín saliendo de su boca y nariz junto con las heridas en su brazo, pierna y torso; el golpe había sido preciso, con tal precisión que no hubiese forma de escapar o hacer algo ante la descarga eléctrica.

La reina roja se encontraba junto al vanguardia en todo momento, desde que cayó al suelo hasta cuando fue subido a una ambulancia del Scepter 4. Izumo fue de apoyo, dejando a Kamamoto a cargo de los rojos que aún se encontraban peleando contra los verdes, más la guerra parecía apaciguarse gracias al incidente. Saruhiko se quedó estático en el lugar, sintiendo los sonidos muy lejanos, observando a la ambulancia irse hasta perderse en la distancia.