Alivio de momento

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Han pasado dos días desde que me golpeó fuertemente. Dos días, he pasado en este depósito austero, mal cuidado. Me encuentro atada de las manos pero no de los pies, he intentado desatarme pero es en vano.

La bestia solamente me ha dado agua y algunas migajas de pan duro, hace un rato me había dejado arroz, pero pateé el plato con desagro. Me amenazó diciéndome que no grité y que mucho menos diga nada, como siempre.

Es domingo, y pues mañana es lunes, comienza la rutina agotadora, otro día más...

¿Acaso para que vivía? Si... todo el dolor que me causa una persona inhumana más esas voces, sombras que proyecta mi mente insana me han quitado las ganas de vivir...

Estoy adolorida, en los días pasados me ha maltratado, hoy sería mi día de libertad.

Por las rendijas se cola pequeñas iluminaciones del exterior, dentro del depósito situado adentro del sótano desprende un olor a humedad terrible, quisiera rascarme la nariz pero no puedo.

Ante tanto silencio decido por dormir, puede ser que en cualquier momento aparezca y me liberé para luego comenzar a ordenar, intento recuperar el sueño perdido de estos días cuando instantáneamente escucho, gritos gratificadores, risas estallantes. No lo dudo, sus mujeres deben de estar acá, no dudo que tenga que limpiar su pequeño desastre como siempre dice, ¿Qué digo..? Nunca me habla, siempre me grita y es mas recibo un golpe.

Capaz solamente quiero olvidar todo, recibir de una forma inmune o puede ser que ya nada me importa.

A veces cuando las nubes no pueden soportar tanto peso precipitan. Y a veces cuando el corazón no puede soportar tanto dolor, lloras sin contar cuán tiempo pasas en ese estado de ¿pequeña depresión? O mejor, no querer seguir estando... Si, eso.

***

- Florcita- me despierto ante tactos provenientes de él, me esta desatando, mejor dicho desencadenando.

Solo cierro los ojos y rezo por no recibir un nuevo golpe.

-¿Sabes? Tengo pensado algo, tengo un trabajito cerca de aquí, y pues te encargo la casa. Si, intentas escaparte ya sabes lo que te pasará. ¿Entendido?- pasa su asquerosa mano sobre mis mejillas.

-En-entendido- digo asintiendo, comienzo a experimentar un temblor en mi cuerpo, trato de controlarlo pero no puedo, el terror que le tengo es inmenso como el dolor que conllevo. Y lo peor de todo, es que cada día que pasa me pregunto:

¿Por qué me hace esto? ¿Por qué? Éramos inseparables, él era mi hermano preferido. Él ya no es el mismo... Ha cambiado rotundamente, y cada día que pasa es aún más agresivo que el día anterior.

Me deja libre pero antes de desaparecer me toma de los pelos y desmadre, me azota contra el piso provocando un dolor muy grande en mi cabeza...

-Duele- déjame en paz le replico.

-No puedes contradecirme Florcita- me azota nuevamente- ¿No querrás terminar deshecha? ¿No?- lleva su mano a mi cintura, me alejo pero vuelve a posarla allí- Recitame las reglas y si te equivocas te aseguro que...- basta gritan de la puerta.

Miro hacia delante y veo a una mujer, de edad adulta, no sé quién es pero solo quiero que me libere de este mal nacido.

Milton, me empuja y me da una advertencia de ya sabes, deja el lugar.
Se escucha un portazo y la señora cuya edad ni nombre sé se me acerca con varios paños en la mano.

¿Quién sería?

Lágrimas de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora