"Capítulo 5"

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Fui al baño y retoque mi maquillaje, tenía el rimel corrido, las mejillas y nariz rojas, los ojos rojos e hinchados, estaba hecha una pena; en ese instante llegó Danielle corriendo al baño y lo cerró con seguro, la ignore totalmente, seguía enojada con ella y no quería hablar con ella en ese momento, caminé hacia la puerta pero su cuerpo, que era mas alto que el mío, me lo impedía totalmente, bufé sonoramente y revolee los ojos.

-Muévete.- mi voz sonó autoritaria y seca, ella frunció el cejo pero no se movió ni un centímetro.

-No me voy a mover hasta que hablemos.- se cruzó de brazos y puso todo su peso en una sola pierna, con una ceja levantada y mirada desafiante.

Bien Danielle si quieres jugar, adelante. No me molestaba quedarme todo el día en el baño, al fib y al cabo ya había faltado a las dos primeras horas, que mas daba que faltara al resto; pero Danielle, ella es harina de otro costal, nunca falta a clases y siempre tiene buenas notas, a pesar fe ser bonita y popular era una matadita, así que este enfrentamiento terminaría rápido.

-Vamos Danielle, ambas sabemos que eb cuanto suene el toque saldrás corriendo a la siguiente hora.- su mirada cayó directo al suelo, sus hombros también y le daba un aire de tristeza, levantó la mirada y lágrimas silenciosas recorrían su rostro.- terminé con Derek.- no lo podía creer, definitivamente ella era la peor amiga del mundo, su relación con Derek no era la mas estable, siempre peleaban, terminaban y a la semana regresaban, cogian, (porque dicen que el sexo xe reconciliación es el mejor) y la historia se repite. Revolee los ojos y suspire, caminé hacia ella, me detuve un rato mirándola de pies a cabeza y sin decir nada salí del baño, los pasillos estaban vacíos, hace 15 minutos habían dado el toque, empecé a caminar a mi casillero ya que no tenia sentido quedarme en el instituto, iba con la mirada en suelo cuando escuché la voz de unos chicos, reconocí al instante la voz de Alan, me asomé levemente para ver con quien hablaba y para poder escuchar mejor.

-Adam, te digo que esta chica esconde algo.- el tal Adam estaba con cejo fruncido, por lo que sé él es uno de los hermanos que tiene Alan, todos son adoptados y guapos. Adam tenía los ojos entre verdes y azules, cabello castaño perfectamente bien peinado y su sonrisa era casi igual de hermosa que la de Alan.

-Pues averigualo.- dijo restandole importancia, Alan, ya enojado, lo agarró del cuello y lo estampó en la pared con fuerza, Adam solo cerró los ojos ante el impacto y con una mano aventó a Alan tan fuerte que este chocó contra la pared de enfrente. Solté grito medio ahogado y ellos me voltearon a ver, en ese momento me pegué contra la pared con la mano en la boca maldiciéndome mil veces mentalmente.

-No sabes que no se deben escuchar conversaciones ajenas.- di un brinquito por el susto, Alan estaba al lado de mí, recargado en la pared y con una sonrisa medio burlona, nunca lo había visto sonreír mostrando los dientes, pero si su sonrisa torcida y meda sonrisa eran perfectas el día que llegará a sonreír mostrando los dientes me daría un infarto o algo así.

-Lo siento, yo... solo quería...- balbucee sin lograr formar una oración coherente. Alan negó con la cabeza y se acercó a mi oído.

-Creo que debo enseñarte modales, ¿No crees?.- asentí como una tonta retrasada y soltó una pequeña sonrisa, en ese momento reaccione y lo fulmine con la mirada, empecé a caminar hacia mi casillero y el me siguió.

-Las niñas buenas deben estar en clase.-

-Lástima, no soy niña buena.- le contesté mientras guardaba mis libros en el casillero, Alan soltó una risilla y lo volteé a ver, tenia una ceja levantada y me miraba directo a los ojos, en ese momento me di cuenta que era una idiota, el lo había mal interpretado y ahora yo parecía una puta con un letrero gigante que decía "cogeme."

Caminé hacia la salida y él me pisaba los talones.

-Vamos a tomar una café, yo invito.- me paré en seco con su invitación tan repentina, me volteé sobre mis talones y me le quede viendo fijamente, él se acercó a mi trotando y me dio una sonrisa torcida.-¿ Que opinas?.- que mas daba si tomaba un café con él, ni que me fuera a matar.

-Vale, vamos.- y sin decir nada mas salimos del instituto en busca de un café.

Me estaba ganando su confianza lo que significaba que estaba cerca de descubrir que esconde.

Maybe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora