Llegamos al estacionamiento y él se paro en frente de una moto, miré la moto y luego lo volteé a ver a él, me tendía un casco negro, me le quede viendo con cara de susto y se acercó a mí.
-No me digas que te dan miedo las motos.-
-Nunca he subido a una.- le dije con voz temblorosa y di unos pequeños pasos hacia atrás.
-Oh vamos, no te va a pasar nada.- me dio una pequeña sonrisa y me puso el caso en la cabeza, él se puso el suyo y subió a la moto, me tendió la mano para ayudarme y la agarre, estaba demasiado nerviosa.
-¿De dónde me voy a agarrar?.- tal vez era la pregunta mas estúpida pero no había ningún lugar en donde pudiera agarrarme.
-De mí.- me contestó seguro de lo que decía, abrí mis ojos como platos y abrí la boca para decir algo pero en ese momento agarró mis manos y las paso por su cintura; pude sentir su perfecto y marcado abdomen, recargue mi cabeza sobre su espalda y cerré los ojos con fuerza.
-Hey, si no abres los ojos no lo vas a disfrutar.-
-No me importa.- y en ese momento arrancó, al principio iba despacio pero después de unos metros aceleró como un loco. Estaba tan asustada, por un momento temí por mi vida, abrí los ojos y todo pasaba volando, lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, no sabía si era por miedo o por la velocidad.
-Ve más despacio.- grité lo mas fuerte que pude para que me oyera pero no funcionó. Dobló vuelta en una esquina tan cerrada que creí que cairíamos de la moto.
Volví a cerrar los ojos tan fuerte y un gemido salió de mi boca, tenía los brazos tensos y mi agarre en la cintura de Alan tan fuerte que le costaba respirar, pero no me dijo nada. Empecé a sentir como la velocidad disminuía y parábamos, no quise abrir los ojos.
-¿Nerviosa?.- abrí los ojos de golpe y solté mi agarré.
-Perdona.- intenté bajar de la moto pero mi pie se atoro y casi caigo de cara al suelo, de no haber sido por los reflejos súper rápidos de aquel chico y sus fuertes brazos habría caído.
-¿Estás bien?.- sus ojos verdes estaban clavados en los míos, eran hermosos, un verde intenso, hipnotizantes, mis ojos viajaron a sus labios, entre abiertos, perfectos para besarlos, estábamos tan cerca que su aliento fresco chocaba con mi cara, lo vi mover los labios pero no escuché lo que dijo, estaba en una clase de trance, volvió a mover los labios y reaccioné.
-¿Qué?.-
-Que si estás bien, mujer casi te caes de cara.- me ayudo a incorporarme, y me quito el casco con cuidado, sus manos se quedaron un rato en mi cara, acariciándola como si se fuera a romper; sus ojos clavados en mis labios y mis ojos en sus labios, iba a besarme, Dios este chico iba a besarme, estaba tan nerviosa, claro que había besado a otros chicos en mi vida pero este tenía algo que me hacía sentir nerviosa todo el tiempo.
-Vaya Alan si que tienes buenos gustos.- maldito inoportuno, ¡¿Qué le pasa?! Era mi momento, Alan suspiró y dio una pequeña sonrisa, poco a poco se alejo de mi rostro y volteo a ver a aquel inoportuno.
Sus ojos se ensombrecieron y sus puños se cerraron a sus costados con tanta fuerza que creí que se le romperian.
-¿Qué quieres?.- gruñó hacia aquel desconocido que resultó no ser tan desconocido para él.
-Quiero a la chica.- y todo se volvió negro para mí, lo último que vi fue a Alan dar un salto tan alto que parecía irreal y al desconocido correr hacia mí.
