"Capítulo 3"

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La comida no había salido tan mal como pensaba, el restaurante al que fuimos estaba delicioso y Elliot era divertido y guapo si duda. Danielle y Derek llegaron una hora después que nosotros, en ese tiempo habíamos estado platicando animadamente sobre nosotros.

-Bien, aquí vivo, gracias.- le dije mientras abría la puerta del carro. Elliot me agarró la mano haciendo que lo vuelva a ver.

-¿Podemos volver a salir?.- me preguntó de forma tímida, se me hizo tierno y lindo el que se haya puesto nervioso.

-Claro, no hay problema.- me acerqué a su cara y le di un beso en la mejilla.- nos vemos luego.- y salí del carro.

-¿Dónde andabas mujer?.- me preguntó mi hermano en cuanto llegue, no tenía ni 1 minuto de haber llegado cuando ya estaba molestando.

-Que te importa.- y sin decir nada mas me encerré en cuarto, estábamos casi a finales de Noviembre, así que hacía mucho frío, me acerqué a mi ventana para cerrar la ventana pero algo me llamó la atención. Me acerqué más a la ventana, sacando mi cabeza pafa alcanzar a ver mejor.

Pero que mierda hace él aquí.

El chico de los ojos verdes estaba afuera de mi casa, parado, dudando si tocaba o no. Cerré la ventana de golpe y me metí al baño, estaba dispuesta a meterme a la ducha cuando mi hermano tocó la puerta.

-¿Qué quieres?.-

-Te buscan.-

-¿Quién?.-

-Un tal Alan Collins.- así se ha de llamar el chico de los ojos verdes.

-No conozco a ningún Alan Collins.-

-Pues te está esperando.-

-Dile que no estoy o lo que sea.- ya no dijo nada mas, escuché como se alejaba del baño y abrí el grifo para que saliera el agua caliente, me tardé en la ducha y cuando por fin me dispuse a salir me di cuenta que no había metido mi ropa interior. Agarré una bata y enrede mi cabello en una toalla y salí del baño, iba cruzando la sala cuando sentí unos ojos sobre mí, me giré y vi al chico de los ojos verdes mirándome fijamente, su ojos viajaban por todo mi cuerpo, de arriba a abajo una y otra vez. Me quedé helada en mi lugar; no sabia que hacer, le había dicho al imbécil de mi hermano que lo corriera e hizo todo lo contrario sin decirme.

-¿Qué haces aquí?.-

-Te queda bien esa bata.- sus ojos pararon un rato en mis piernas, la bata me quedaba un poco más abajo de las nalgas.

-¡Hey! Vista arriba.- le dije y subió su vista a mis ojos, sonrió de lado sin mostrar los dientes. Me miró a los ojos y se levanto del sillón, se acercó a mí sin despegar la vista de mis ojos.

-Deberías ir a ponerte algo más decente.- susurró en mi oído con voz seductora.

-Ss...ii...- tartamudee y salí corriendo de ahí. Me metí en mi cuarto y me puse lo primero que encontré, unos jeans y una playera holgada, me medio arregle y salí otra vez a la sala, estaba viendo una foto mía con mi madre, traté de no hacer ruido pero en cuanto di un paso empezó a hablar.

-¿Es tú madre?.-

-Si.- le contesté con un nudo en la garganta, esa foto fue poco antes de que muriera.-

-Se parece a ti.-

-Lo se.- susurre y me senté en el sillón, tenía los ojos vidriosos. Dejó la foto en su lugar y se sentó al lado de mi.

-¿Dónde está?.- me quede callada durante unos segundos antes de contestarle.

-Falleció hace 3 años.- bajé mi mirada, sentía las lágrimas pero me las tragué.
-Lo siento.- su voz sonó sincera, me agarró la cara con una mano e hizo que lo mirara, sus ojos eran un tono más claro de lo que los tenía en la escuela.

-No importa.-

-¿Eras muy unida a ella?.- una sonrisa se formó en mi rostro recordando como era cuando estaba ella.

-Si, mucho.- volteé a ver el suelo y seguí platicandole.- todo era mejor cuando estaba ella, mucho mejor.- recordé el día de su muerte, en un accidente de auto, ese es el peor día de mi vida.

Me levanté del sillón y fui a la cocina, regresé con un vaso de agua para cada uno.

-Pero en fin, ¿Qué haces aquí?.-

-Yo quería disculparme.- dijo rascándose la nuca, un tanto nervioso.- ya sabes por lo que pasó en el instituto.- prosiguió diciendo mientras tomaba agua.

-¿Por qué no querías que fuera?.- se tensó cuando le hice la pregunta, se puso nervioso y pasó sus ojos por todos lados, se pararon en mi y me miró durante unos segundos, tomé mi vaso y empecé a beber nerviosa, sonó el timbre y di un pequeño brinco y el vaso resbaló de mis manos, rompiendose en mil pedazos.

Fui a abrir la puerta y ahí estaba Elliot, parado con una pequeña flor en la mano, me la tendió la flor con una sonrisa y me dio un beso en la mejilla, volteé hacía donde estaba el chico de los ojos verdes y ya no estaba, había desaparecido sin hacer ruido.

¿Por dónde se fue?.

El único lugar para salir de la casa es por la entrada principal. O mi ventana, salí corriendo hacia mi habitación, la ventana estaba abierta, supuse que por ahí se había ido.

Regresé con Elliot y lo invité a pasar, recogí los pedazos y limpié el suelo.

-¿Qué haces aquí?.- le pregunté con una sonrisa.

-Olvidaste esto.- me tendió la mano con mi móvil en ella.

-No me había dado cuenta que lo había dejado.- lo tomé de su mano y lo guardé en la bolsa trasera del pantalón.- Gracias.

-Bueno, una vez entregada la mercancía, me voy.- y se acercó a la puerta.

-Gracias por traermelo.- le di un beso en la mejilla y se fue.

Me fui a mi cuarto y me acosté en la cama, pensé en el encuentro con el chico de ojos verdes de hace un momento, no entendía sus cambios de humor, de como me trataba, nada tenía sentido con él. Me quedé dormida después de una hora de darle vueltas a lo mismo.

Maybe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora