Capitulo 10: Soy un hombre

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Narra Draco.

Caminaba rápido por las mazmorras, venia saliendo de la sala común porque la estupida de Pansy comenzó con las bobadas de siempre. "Draco aquí" Draco acá" "Draco mas acá"
Parkinson es mi prometida por arreglos de nuestros padres pero antes de casarme evitare su fastidiosa voz.

Ahora tengo asuntos pendientes; por ejemplo, la "muggle", ¿que como se que es muggle?, bueno le conte a mi padre todo de ella desde el primer momento que piso Hogwarts y mi padre investigo y era mas que obvio que no era una bruja, es aun peor que ser sangre sucia.

Mi padre se enfado por sobremanera y se quejo por lo bajo que a caído el colegio, de echo sus palabras exactas fueron: "-No puedo creer hasta donde bajo el prestigio de Hogwarts; ahora no solo sangres sucias, si no también muggles. Es mas que obvio que Dumbledore no sabe como dirigir una escuela. Yo me encargare que el ministerio lo sepa... Pero mientras tu Draco, mantente alejada de "esa"-".

Mi padre tiene razón, Dumbledore solo es un mago chiflado que solo busca hundir a los sangre pura.

Hablando de la Reyna de Roma:

Cuando iba caminando vi a una cabeza color uva saliendo como si estuviera borracha de la oficina de Snape. ¿Que hacia allí a esta hora? Se tambaleaba de manera patética y aunque me pareció extraño no aguante las ganas de restregarle en la cara que sabia su muy obvio secreto.

—Hey violetita ¿qué haces aquí?-. La llame igual que la primera vez. Estaba solo a un metro de ella cuando esta volteo, su cara estaba llena de lágrimas y tenia una expresión enojada. Parecía a punto de replicar pero su cuerpo solo se desvaneció. Por instinto la atrapé, justo como la primera vez.

-¿Porque encontrarte tiene que ser de esta manera?-. Cuestionó para después cerrar los ojos por completo. Estaba preocupado, y eso me hacia enojar; no con ella, conmigo.  ¿Que estoy diciendo? Y también con ella, muggle mal nacida. Para suerte mia en la primer ocasión estaba Diggory. Pero esta vez estoy solo.

FLASHBACK

-Mira violetita, no voy a soportar las estupideces de una traidora de la sangre-. Escupí con fastidio y ella enserio se veía muy cansada.

-¿Quien te crees qu...- no termino la frase porque simplemente se cayo, alcance a sujetarla y la mire con miedo, ¿que le hice?.

-¿Que le hiciste?-. Pregunto Cedric Diggory de Hufflepuff. Aparentemente enfadado.

-Yo no...ella solo...- no salía nada de mi boca. Estaba apanicado.

-Hazte a un lado Malfoy.- me arrebató a ¿Evanorah? Si creo que así se llamaba. Se la llevó; seguramente a la enfermería, y yo seguía ahí parado como planta. Cuando reaccione lo único que mis pies hicieron es seguir a Diggory, ¡Malditos pies! ¡Reaccionen!.

Cuando entre a la enfermería Diggory volteó en mi dirección y trato de acercarse a paso acelerado, aunque su caminata fue interrumpida por Dumbledore y se puso a hablar con el, segundos después, Madame Pomfrey les hizo unas señas para que pasaran a su oficina. Aproveche para acercarme,    La chica del cabello morado estaba pálida y se veía débil. Definitivamente  esto me pone triste, yo mis malditos sentimientos de niño.

Papa tiene razón, no he madurado.
No soy digno de ser un Malfoy.

Pensaba irme pero no lo haría hasta verla bien. ¡Menudo estupido que soy!

Solo me acomode a un lado de la puerta y me puse a observar con detalle la enfermería. Las camillas las separaban cortinas blancas, el techo tenia garigoleos en forma de ramas enredadas y las ventanas  se veían algo viejas. Eso me recuerda  cuanto tiempo lleva este polvoriento castillo.

Una Simple Muggle. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora