Capitulo 1

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Sueño.

Estoy temblando, mis manos arden y una fina capa de sudor frio cubre mi rostro. El silencio solo es interrumpido por el jadeo de mi respiración y el latir desbocado de mi corazón. La oscuridad me hace imposible mirar más allá del suave halo de luz de la luna que se filtra de entre los árboles. El aturdimiento apenas me permite ser consciente de mi misma, pero eso no impide que mire a mí alrededor para tratar de reconocer algo del lugar en el que me encuentro.

Estoy en un bosque. Mi vista divisa toda la estancia y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy arrodillada sobre hojas secas llenas de tierra y suciedad. Trato de recordar algo acerca de lo que he hecho, pero nada, absolutamente nada viene a mí. No sé cómo hice mi camino hasta aquí ni tampoco sé por qué vine. Estoy desorientada y aturdida, hay algo mal en este lugar. Algo se siente incorrecto. Algo aquí no está bien.
No sé si sea sano pero no me sorprende estar aquí. He hecho esto antes. Me he escabullido decenas de veces en las noches y he tenido millones de pesadillas. Pero esto se siente real, esta vez, solo esta vez, sé que es diferente. Algo no va bien.

Los bosques, las ruinas, los demonios, siempre han hecho que esa parte de mi despierte. Es como si mi subconsciente se empeñara en no dejarme olvidar quien soy, que es lo que viví, las cosas que me atormentan. Es como si esa parte de mí, esa que tanto me empeño en rechazar, se aferrara a mis huesos y se negara a abandonarme. Sé que ahora me estoy viendo reflejada inconscientemente en un vacío y oscuro bosque. Porque eso es lo que soy, eso es lo que me empeño en esconder.

Trato de mantenerme serena, pero no puedo apartar de mí la sensación de malestar que me provoca este sitio. Este lugar no es como los otros. El viento hace que mi cabello me golpee en la cara y que mi blanco vestido se eleve con brusquedad.

La calma en este lugar es tétrica. Es como si el mundo hubiese sido callado de golpe, dando paso al silencio ensordecedor que le precede a la tragedia. El pánico me invade en el momento en el que noto el pequeño cuchillo de cocina aferrado entre mis dedos y un montón de astillas clavadas en mis brazos. Sé que yo no hice esas marcas, me niego a creer que yo soy capaz de hacerme tanto daño. Aunque una parte de mí se equivoca. Siempre me ha gustado el escozor de mis muñecas, simplemente sentir el ardor me tranquiliza y me quita algo de ansiedad, solo que esta vez sé que yo no fui la causante de esto.

Me pongo de pie aunque las piernas apenas me responden y avanzo por entre la tierra lentamente. Mis pies descalzos se humedecen a cada paso que doy. La desesperada necesidad de salir de este lugar apenas me permite respirar correctamente. La ansiedad se apodera de mis entrañas y aprieto el paso. Mis pisadas apresuradas se convierten en un trote y estoy casi corriendo. Estoy a punto de calmarme un poco cuando escucho una voz idéntica a la mía gritando:

'' ¡CORRE!''

Un estallido a mis espaldas me impulsa hacia adelante haciéndome caer al sucio suelo. El dolor se arraiga de mi cuerpo en un intento fallido por aminorar mi peso contra el pasto. Mi cabeza se estrella duro y mis parpados se cierran. No voy a llorar, no quiero llorar, no necesito llorar. Intento levantarme pero me es imposible que mi cuerpo reaccione, simplemente no responde. Intento incorporarme pero lo único que consigo es quedar arrodillada sobre la hierba manchada de sangre. Otra explosión se apodera del lugar y grito debido al pánico que corre por mi sistema.

Una pisada intensa resuena justo detrás de mí y hace vibrar el suelo debajo de mi cuerpo. Me toma unos instantes atreverme a mirar por encima de mi hombro pero cuando lo hago un grito se construye en mi garganta. Un león inmenso está de pie a pocos metros de distancia. El terror se apodera de cada parte de mí y trato de convencerme a mí misma que esto no está pasando. Mi corazón amenaza con salir de mi pecho. No puedo respirar, no pienso con claridad, no puedo apartar la vista de la impotente criatura que me mira como si fuese la presa más fácil del mundo. Sé que está listo para atacarme, pero parece gustarle la fácil victoria que le ha sido otorgada. Un gruñido estridente retumba por todo el lugar y me aturde por completo. Doy un paso atrás en un estúpido intento de huir pero sé que esa cosa va a comerme viva.

Y de pronto, todo se convierte en oscuridad. Todo se convierte en silencio. Todo desaparece a mí alrededor y solo soy consciente de una gruesa y arrastrada voz en mi oído y se perfectamente a quien le pertenece.

-Saber que vamos a morir lo cambia todo. Sientes las cosas de un modo diferente y las hueles muy distintas. Sin embargo la gente no aprecia el valor de sus vidas. Siguen bebiendo un vaso de agua pero no lo saborean.

-Tengo miedo – Respondo pero no soy consciente de lo que acabo de hacer. –Soy débil Harry.

-Te despiertas cada mañana para luchar contra los mismos demonios que te dejaron tan cansada la noche anterior, y eso, mi amor, es valentía.

Despierto, el latido desbocado de mi corazón sigue siendo tan fuerte por el simple hecho de volver a oír esa voz después de tanto tiempo.

~

Nota de la escritora:
Andaba de buenas así que decidí subirles un capitulo. Bueno, ya se que dije que sería un one shot. Pero siempre no quise, jeje. Así que serán capítulos como una historia común. Aunque no será muy larga. No se olviden de comentar y votar si quieren que la siga. Besos xx

Rubí.

Gray eyes - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora