Gray eyes - Harry Styles

Capitulo 5

Hay personas que llegan a tu vida por una razón, por una estación o por una vida entera.

Por otro lado estaba Ethan Blake, quien llego de la nada para convertirse en mi todo. Ha estado conmigo desde hace un poco más de cinco años y ha sido una constante en mi vida. Ojos azules, cabello negro y hoyuelos marcados adornan el rostro del chico que navega con la bandera de la ingenuidad y la fanfarronería.

No sé qué sería de mi si el no estuviese en mi camino. Se ha convertido en alguien indispensable. Se ha encargado de levantar mis piezas del suelo más veces de las que puedo recordar y no tengo ninguna manera para agradecer lo que ha hecho por mi todo este tiempo.

No obstante, jamás le he contado sobre Harry. Es decir, él sabe de mis sueños constantes pero no tiene idea de lo que hay del otro lado. No sabe que el demonio que me cuido y atormento por tanto tiempo es real y mucho menos que estoy perdidamente enamorada de él.

No quiero que lo sepa y aunque lo quisiera, no sabría cómo contarle que el mundo no es como parece. No necesito atormentarlo, porque bueno, no es algo que cualquiera se tomaría del todo bien.

~

Me encuentro sentada en las escaleras fuera del cine junto a Ethan, totalmente empapados por la lluvia mientras que el frio se apodera de nosotros. Aunque esto no hubiera pasado de no ser por una absurda historia.

Mi teléfono vibro y al observar la pantalla el nombre de Ethan apareció en ella.

-¿Si? –respondí luego de unos segundos.

-¿Tienes libre la tarde? –pregunto y podía jurar que estaba sonriendo.

-¿Tienes planeado algo? –Dije mientras subía las escaleras a mi habitación.

-Vamos a ir al cine a ver la película que se ha estrenado –respondió.

Ethan ha querido ver una estúpida película de acción desde el momento en el que la anunciaron y parecía más de lo entusiasmado, aunque yo no estaba del todo conforme con su elección.

-No puedo creer que me convenzas de ver eso.

-Siempre me salgo con la mía –rió desde el otro lado de la línea.

-¿De verdad crees eso? – comento porque sé que es falso, y Ethan es la torpeza hecha persona.

-¡No te atrevas a reírte de mí! –se quejó con voz fingidamente indignada.

-Todo el mundo se ríe de ti.

-Si sigues diciéndome eso nuestra relación queda aquí – me amenazo con tono serio como si de un niño pequeño se tratara.

-Me visto y voy para allá –dicho eso colgué y me encaminé al armario.

Hice la rutina de cambiarme, cepillarme el cabello y colocarme unos auriculares para después dirigirme al cine.

Una vez allí, pagamos las entradas, compramos un gran bote de palomitas y fuimos a la sala indicada.

Nos sentamos en una de las filas de en medio y al rato comenzó la película. La cual tras veinte minutos estaba más que aburrida e insoportable.

-Ethan, ¿cómo es que no recordé que nunca tienes gusto para elegir películas?–susurré.

-¡Pero si es genial!

-¿Cómo puedes decir eso? Por dios Ethan, no tienes gusto alguno –Dije alzando un poco la voz.

-Aguántate.