Capitulo 2

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La ansiedad es tan intensa que apenas puedo soportarla. La desesperación hace que mi pecho se contraiga con violencia y me quedo sin aliento mientras trato de escuchar lo que mi profesor de historia explica delante la clase.

Los pensamientos incesantes en mi cabeza están volviéndome loca. No soy capaz de concentrarme. Quiere irme, quiero estar tranquila, sin embargo me encuentro sentada en un destartalado pupitre con la vista clavada en la pizarra del aula tratando de mantener la calma.

Una inspiración profunda es inhalada por mis labios y cierro los ojos con fuerza.

''Solo tranquilízate''. Suplico para mis adentros.

No he dejado de pensar en él, no puede ser cierto, él no puede volver. Se alejó de mí, se fue, me dejo. No quiero que vuelva, no lo necesito. Soy muy vulnerable ante su ser. Él es un...

-¡Por dios, Alexa! – La voz alarmada del profesor, junto con la mención de mi nombre me saca de mis cavilaciones- ¡¿Qué estás haciendo?!

La expresión de pánico en su rostro hace que mi confusión aumente. Mi ceño se frunce y me toma unos segundos descubrir su mirada en mis brazos. Mi vista cae en ellos y mi corazón se estruja con violencia cuando noto la sangre que brota de los rascones de uñas que he hecho en mis muñecas.

El ardor comienza a hacerse presente en el momento en el que soy consciente de ello.

Me levanto de la silla lo más rápido que puedo para apresurarme hacia la puerta. Decenas de murmullos estallan. Me miran como si fuese una completa lunática; como si no pudiesen comprender como es que dejaron que una persona como yo se relacionara con ellos.

Salgo del lugar y me encamino hacia el baño de chicas. Trato de atrapar las gotas de sangre que se escurren de los cortes irregulares. Ni siquiera sé cómo es que no sentí dolor en ese momento, es como si mi cuerpo y mente se hubiesen desconectado por completo.

Al llegar a mi destino trato de detener el sangrado presionando papel de baño sobre las partes de piel lastimada, pero lo único que consigo es que el dolor incremente.

Los ataques de ansiedad son cada vez más frecuentes; y la migraña y el insomnio solo empeoran todo. Los recuerdos de Harry, Louisa, y toda esa mierda están acabando conmigo.

De pronto lo único que quiero es poner distancia entre nosotros. A veces se siente como si todo aquello solo fuese un sueño lejano. Como si todo lo que viví aquel tiempo fuese solo un producto de mi imaginación y mi historia con Harry nunca hubiese ocurrido realmente. Todo se ha difuminado hasta ser solo un esbozo tenue en mi memoria, y a veces se siente como una cruel jugada de mi mente.

Estoy agotada, fastidiada, ya no puedo más. Yo no pedí esto. ¿Por qué tengo que cargarlo sobre mis hombros? ¿Por qué no puedo ser como el resto del mundo?

-¿Alexa? – La voz masculina invade mis oídos y aprieto la mandíbula en un intento desesperado por reprimir una maldición.

-Estoy bien – digo, lo suficientemente fuerte para quien quiera que este afuera, me escuche.

-¿Estas segura?

'' ¡Que sí, coño!''

-Si – Trato de sonar tranquilizadora pero fracaso terriblemente.

El hombre afuera no responde así que asumo que se marchó.

Tiro el húmedo papel al bote de basura y observo a la niña que me mira al otro lado del espejo. Apenas puedo reconocer el desastroso cabello oscuro y los ojos castaños que me observan con dureza. El color enfermizo de mi piel solo delata la falta de sueño y lo poco que he comido. Trato de buscar algo familiar en la imagen frente a mí pero no logro encontrar nada.

Gray eyes - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora