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Golpes y besos

El trabajo de Joonmyun era excitante. Nunca tuvo queja alguna de los agentes a los que solía suministrarles armas y equipos de fuego. Su mente era brillante e ingeniosa para cada armamento y los más pesados solía llevárselos Kyungsoo, quien era el único con la destreza suficiente para utilizarlo sin fracasar o morir en el intento.

Le gustaba su trabajo, aunque la mitad del tiempo estaba solo en su taller. No tenía un equipo especial para trabajar, por lo que solicitó la ayuda de más personas para entrenar y Kris, gustosamente, aceptó. Era una grata noticia para Joonmyun, ya no estaría tan solo y además entrenaría nuevo personal, para no embotellar todos los conocimientos que había aprendido de su padres.

Pronto llegarían los nuevos reclutas así que, eufóricamente, limpió su lugar de trabajo y estiró su bata negra eliminando la existencia de cualquier arruga. Joonmyun detestaba causar mala impresión en las personas, y menos en aquella con las que entablaría un vínculo laboral.

A las tres treinta de la tarde alguien tocó la puerta y avizorado corrió a abrirla; rápidamente la decepción se plasmó en su rostro cuando notó que no era su equipo de trabajo sino Jongdae.

—Ah, eres tú —dijo y se dio media vuelta.

Joonmyun se concentró en adelantar tanto trabajo como le fue posible antes de que llegaran sus nuevos reclutas. La presencia de Jongdae sólo estaba haciendo el ambiente más pesado. El muchacho caminaba por todo el lugar observándolo todo como si fuera la primera vez que lo estuviese viendo. Con la punta de sus dedos acarició las esquinas de las mesas y sostuvo una sonrisa en su boca. A Joonmyun realmente le pareció extraño.

Jongdae tenía ropa casual y el cabello hecho una maraña de hebras, un look distinto y bastante arriesgado. No dejaba de pasearse por el lugar y mirar a Joonmyun como si fuera un trozo de carne fresca.

Con las manos cayendo estrepitosamente sobre la mesa, Joonmyun hizo un sonido tosco, dejando ver la molestia que estaba sintiendo debido a la no grata presencia de su compañero de agencia.

—¿Qué quieres, Jongdae? —inquirió, con una vena incipiente en la frente.

Jongdae le miró extrañado, como si no entendiera su reacción, pero luego de eso volvió a reír y se acercó tentativamente al lugar donde estaba Joonmyun trabajando.

Metafóricamente, todas las alarmas en Joonmyun se encendieron.

Jongdae y él compartían un pasado turbio, uno que le dejó una relación incómoda y molesta para ambos. Antes de Minseok estuvo Joonmyun, antes de que Jongdae se enamorara perdidamente de Minseok estuvo Joonmyun sintiendo que el corazón se le hacía pequeño en cada rechazo. Joonmyun quiso mucho a Jongdae, como no había querido a nadie, pero todo se difuminó cuando Jongdae escogió a Minseok por encima de lo que él sentía. Nunca fue un sentimiento mutuo y nunca pudo saber a ciencia cierta qué sintió o no Jongdae por él, nunca obtuvo palabra alguna de su boca. A sus ojos, fue todo unilateral y corrosivo. Tuvo que dejar de trabajar semanas para evitar mirar a Jongdae junto a Minseok luego de que ellos oficializaran su noviazgo.

Fue destructivo y doloroso y aunque habían pasado muchos años desde entonces, Joonmyun sentía cierta intranquilidad cuando se trataba de Jongdae.

Y ese momento no era la excepción.

—Jongdae, estás invadiendo mi espacio personal —se quejó Joonmyun, pero Jongdae insistió en acercarse.

—Lo sé —respondió, con una sonrisa ladina—. No sabía que eras tan lindo.

Sinceramente, Joonmyun no tuvo tiempo de reaccionar. En un momento estaba tratando de lidiar con el huracán Jongdae, que venía a desestabilizarlo todo, y al segundo siguiente estaba encima de la mesa, con Jongdae sobre él, besándole.

Bad Blood → KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora