La condena.

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La oscuridad la llamó
y ella acudió a su encuentro.
Él la sostuvo en sus brazos,
y se sintió completa,
pero recordó que él
era la parca.

La locura la consumía
y no le importó
que llevara su alma.

La necesidad de tener sus labios
sobre los suyos,
la hizo débil ante la muerte.
En sus ojos sólo veía el vacío,
pero sonrió y eso le bastó.

Y un juramento que mantener
con el último aliento,
la hizo saber que amaba
a la muerte.

Y eso la condenaba a estar viva,
para siempre.

Un alma pérdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora