Sobre la Guerra y el Comercio

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Son conocidos los problemas que rondan a los viajeros en estos tiempos de guerra, en especial cuando de abastercerse se trata, siempre que se deje a los bandidos y saqueadores de lado.

Sin embargo en mis viajes he aprendido que para aquellos viajeros osados existen otros métodos para comerciar, los que detallaré uno en este diario.

Para comenzar, deben abrir bien los ojos, más de lo acostumbrado, al abandonar las murallas del reino. Lo que ha de buscar el viajero, son las huellas de campamentos olvidados: hierba aplastada, ramas rotas, cenizas dispersas. Todo vale.

En este punto, es común dudar si aliados o enemigos fueron quienes dejaron su marca, y mucho más si estos son comerciantes o no. No hay que perder el control, lo siguiente antes de llegar a los mercaderes es observar con atención los troncos de los árboles. En lo que deben fijarse en realidad es en un grabado muy particular. No está tallado ni pintado con hollín, el viajero debe estar preparado para hallar como parte de la cortez, un regalo de la naturaleza, las palabras élficas del refugio.

Si fue hábil y preciso en su tarea, puede considerarse a medio camino del verdadero campamento. La siguiente tarea es determinar hacia qué punto cardinal apunta la marca, pues es hacia donde el viajero intrépido debe continuar su búsqueda.

El ejercicio varía según el mercader, generalmente no demasiados por la magia temporal usada en los árboles.

Debo advertir además la variedad de productos que muchos de estos comerciantes ofrecen, lo exótico no conquista a cualquiera.

−Apuntes para viajeros.

"Fragmento del diario de Arnar FeatherInk"


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⏰ Última actualización: Oct 07, 2015 ⏰

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