EXTRA

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"El descubrimiento de Sam"

Todo iba bien en mi vida, era famosa por mis cosplay, notas aceptables en el colegio, un grupo estupendo de amigas... Y, lo arruiné.

Metiendo mi nariz donde no me llamaban. Y pasando el peor día de mi vida. Arriesgando mi integridad física más de una vez.

Hice algo estúpido, ridículo y sin sentido. Descubrí el secreto de Laura, y las consecuencias las pagué yo.

Jueves, 1ero de Septiembre

Soñaba que volaba entre nubes de algodón de azúcar, con Sebastian a mi lado susurrándome: "Yes, my lady". Intenté rozar con mis dedos las nubes, pero estaban lejos de mi alcance, alargué ni mano... Más... Sólo un poco más cerca...

Y caí de mi cama.

-¿Ah?

Ring Ring Ring

-Uy-dije mientras apagaba la alarma del teléfono.

Me froté los ojos y me coloqué mis lentes.

Miré a mi alrededor, mi cuarto era un desorden como de costumbre y había tanto frío que parecía que estuviese dentro de un congelador.

Bostecé y me senté en la cama.

"Es temprano, aún tengo tiempo de hacer todo, vivo al lado, es imposible que llegue tarde."

Me levanté y saqué el uniforme del clóset.

Nuestro uniforme consistía en una falda gris, una blusa blanca, suéter negro, corbata roja, medias blancas hasta la rodilla y mocasines negros.

Para haber sido diseñado por unas monjas, era bastante bonito.

Fui al baño y me arreglé.

Me lavé la cara, cepillé mis dientes y me acomodé el cabello.

Estupendo.

Rápidamente me puse el uniforme.

Mientras me colocaba el mocasín derecho, sentí que algo andaba mal, me sentía confundida.

"¿Qué será?"-pensé.

Dirigí la mirada a la puerta de mi habitación, y ahí estaba mi perrita Lizzy, bien orgullosa masticando mi zapato. Y ahí fue que comprendí la situación, Me faltaba el mocasín izquierdo. Ah, claro.

Me ladró, y continuó matando a mi zapato.

Suspiré y le quité el mocasín, el cual estaba todo desbaratado, ah, una lástima. Me lo puse y fui a desayunar.

Agarré un paquete de galletas de avena y tomé un Toddy.

Guardé la merienda y salí de mi casa.

Mientras bajaba las escaleras sólo podía pensar en algo... O más bien, "en alguien", una persona especial.

-Maiki...-suspiré.

El vigilante me abrió la puerta y me dirigí al colegio, sólo tenía que cruzar en diagonal y llegaba.

Como era costumbre, los padres se estaban matando unos con otros en la cola. Se gritaban todo tipo de obscenidades. Yo pasé divamente entre todo el problema que armaron.

"Jéjéjé"

Al entrar los ignoré a todos, o ellos a mí, no sé. Seguí caminando por los jardines.

Pude oír vagamente la voz de Orga, pero tampoco presté atención, no vaya a ser que intente atacarme con sus gargajos filosofales.

"Todo es culpa de Lizzy, bien podría estar en mi cama duermiendo."

Amor Prohibido (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora