EXTRA

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La doble vida de Sam

El colegio R.J. Hans, un instituto fundado hace más de cincuenta años, famoso por su excelencia académica y también por lo complicado que es poder ingresar. Cada año, sin falta, ingresan alrededor de setenta chicas, sólo a preescolar. Y para los demás cursos… Bueno, eso es otra cosa.

Estudiando con tantas chicas talentosas, se complica el destacarse.

Eso es lo que me ocurre a mí.

Yo soy Samantha Gutiérrez, Sam.

No pienso resumir nada, y me alargaré hablando sobre quién soy:

Soy una chica común, la típica chica promedio, no tengo nada que destacar. A simple vista no llamo demasiado la atención.

Cabello lacio y marrón, largo hasta los hombros, un flequillo que suele dejarme ciega de un ojo(Más de lo que estoy habitualmente), ojos marrones, piel blanca, una nariz y dos orejas que sirven para sostener mis gafas. Síp, gafas, para mejorar todo también tengo una vista de mierda.

Pasé casi toda primaria esforzándome por destacar, para que al menos alguien me notara… Pero al final todos mis esfuerzos tuvieron un mismo final…

El fracaso.

En estos momentos curso segundo año de bachillerato y ya he asimilado la idea de que por más que lo intente jamás seré vista.

Así que dejé de intentar, y aprendí a usar eso a mi favor.

Aprendí a moverme entre las sombras, y saqué ventaja de ello.

Tal vez muchas de mis compañeras, las que, uh, remotamente sepan que existo se sientan mal por mí… Sí, quizás, pero la realidad es otra, yo siento pena por ellas.

La pregunta es:

Ser invisible es…  ¿una bendición? O ¿una maldición?

Pues, les contesto: "Es una maldición bendita."

Es mala.

Mala, mala. Terrible y horrible.

Pero tiene sus cosas buenas a la final.

Al igual que Carla también soy aficionada del anime. Paso la mayor parte de mi tiempo libre viendo algún anime o leyendo manga.

Esto sacará de dudas a muchos:

Cuando estoy con la vista fija en el teléfono no es porque estoy chateando, o acosando o viendo mi fondo de pantalla.

Estoy leyendo manga.

Siempre estoy leyendo manga. Si no te paro, es porque estoy leyendo el puto manga.

Las personas no aprecian el delicado arte de leer manga.

A parte de eso también suelo ir a las convenciones de anime.

Ahí fue donde encontré mi verdadera pasión.

Donde puedo ser yo misma(o parte de mí misma), y donde principalmente… Puedo ser vista.

¿A qué me refiero?

 Pues…

¡Al cosplay!

Esa ha sido mi salvación, mi escape…  todo.

Comenzó el año pasado, en mi… uh… nueve, diez… ah, sí, doceava, doceava convención.

Después de mucho esfuerzo emocional, me arriesgué y lo hice.

Amor Prohibido (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora