El pasado

1.1K 54 17
                                    

Mi historia:

Hablar tranquilamente de mi vida no es algo sencillo, ni que me apetezca. Sin embargo, dicen por ahí que para sanar es necesario sacar la infección, así que ahora trataré de sacar los asuntos de mi vida. Lo mejor y lo peor, sólo que hay más cosas malas que buenas.

Soy el fruto de la procreación de un dios y un mortal, un humano. Mi padre es un dios, el más inútil y patético si me preguntan, Hermes, y mi madre fue una mortal normal cualquiera, hasta que cometió una estupidez.

May Castellan vivía tranquilamente en Westport, Connecticut, como algunos mortales especiales, podía ver atreves de la niebla que protege los ojos normales del mundo fantástico, dividiéndolos. No entraré en detalles, pero se convirtió en amante de Hermes, nací yo, Luke, y por un tiempo todo fue bien. Unos cuantos meses. May estaba segura de que ella estaba destinada a ser el oráculo de Delfos, así que subió a la casa grande del campamento, hogar del espíritu. Algo salió mal. Había una maldición con referente al oráculo, una maldición por parte del señor del inframundo. Así que ella vio algo de mi futuro y luego se volvió loca. Esas visiones fueron demasiado para unos ojos mortales. Así que crecí durante doce años con una madre loca que estaba segura que tendría un destino horrible. No estaba equivocada.

Cuando cumplí doce años escapé, no hace falta decir que no es bonito vivir con una madre desorientada mentalmente. Después encontré una nueva familia. Me encontré con Thalía Grace, hija de Zeus y posteriormente con Annabeth, hija de Atenea. Nos dedicábamos a sobrevivir y nos cuidábamos la espalda. Así de simple. La meta era sobrevivir.

Un día, un sátiro llegó por Thalia a llevarla a un campamento para semidioses, del cual no teníamos idea. Ella aceptó ir con la condición de que nosotros también fuéramos. El camino fue difícil, pero lo logramos, casi. A punto de llegar, unos monstruos nos alcanzaron y Thalía se sacrificó por nosotros. Antes de morir, su padre la convirtió en un pino. Pino que proporcionó protección al campamento. Llegamos al campamento sólo dos semidioses.

Fui reclamado por mi padre inmediatamente, igual que Annabeth. Me asignaron la cabaña once y me dediqué a aprender a luchar para conseguir una misión. Una que mi padre me enviaría.

Cuando llegó el momento, me enviaron a buscar una manzana. ¡Una jodida manzana! Bueno, aunque era del árbol de Herespides. El dragón Lodon me impidió conseguir mi objetivo, además de dejarme una linda cicatriz en la mejilla izquierda. Al menos me quedé con una de sus garras.

Yo comenzaba a odiar a mi padre. Primero, me deja abandonado con una mujer loca. Segundo, nunca recibí ayuda de su parte mientras estaba correteando por los bosques. Tercero, me manda por una manzana como misión.

Seguí en el campamento. Me dediqué a entrenar, luchar y ayudar a mis hermanos y a cualquiera que pasara por la cabaña. Me convertí en jefe de la cabaña número once.

Luego cambió todo. Cronos apareció en mis sueños y me dio algo que yo ansiaba. Me ofreció poder y la posibilidad de vengarme de mi padre y todos los dioses.

Cuando llegó Jackson, yo ya había robado el rayo de Zeus, fue sencillo con ayuda de Ares. Le di unos zapatos alados, tenía muchos, pero esos estaban encantados y lo conducirían al Tártaro. Lástima que no sucedió. Luego le confesé que era yo el verdadero ladrón y me largue del campamento.

Envenené el árbol de Thalía, créanme cuando les digo que no fue fácil, y los semidioses del campamento fueron por su cura. El vellocino de oro, que podría sanar el cuerpo de Cronos, el cual me costó rescatar. Y aunque no conseguí el vellocino, conseguí otra cosa, Thalía revivió y ahora había dos hijos de los tres grandes. Algo acerca de una profecía. Profecía que mi madre vio. "De los dioses más antiguos un mestizo llegará a dieciséis contra todo lo predicho. En un sueño sin fin el mundo verá. El alma del héroe, una hoja maldita segará. Una sola decisión con sus días acabará. El Olimpo preservará o asolará." Así conseguí más posibilidades.

Posteriormente, conseguimos un nuevo aliado muy poderoso. Atlas, quien cargaba el mundo. Yo lo cargue para que Annabeth me salvara. Ella cayó en la trampa y Artemisa prosiguió a cargarlo antes de que la niña muriera. Atlas falló y terminaron (esa fue Thalía, por cierto) tirándome por un precipicio. No me juzguen, Annie siempre fue como mi hermana, nunca lo hubiera hecho sino haya tenido la certeza de que ella estaría a salvo.

Entonces me pidieron una de las cosas más difíciles a las que me he metido. Imaginen. Cronos me pidió que fuera a recibir la maldición de Aquiles. Eso me aterró. Bueno, ¿a quién no? Ya me estaba arrepintiendo. Quería huir. Pero, ¿a dónde? Bueno. Pues fui con la única persona que me apreciaba aún. Con Annabeth, le propuse huir como antes y que me ayudara a salvarme. Ella se negó y resignado me fui. No tenía caso huir si no tenía a dónde ni con quién. Así que me sumergí en el río estigio para hacer mi cuerpo más fuerte, un buen envase para Cronos. Fue lo peor, como introducirse en un río de ácido.

Luego comenzó la gran masacre. Varios titanes habían sido liberados y los dioses estaban conteniéndolos. Así que el trabajo de proteger el Olimpo quedó en los semidioses. Para entonces yo ya no controlaba mi cuerpo. Para nada. Era horrible. Podía ver la mente de Cronos, destrucción, muerte. No iba a ver una venganza y un mundo para los semidioses. No habría nada, no habría mundo. Estaba horrorizado. Quería ayudar a destruirme, pero no podía, sólo podía ver como él controlaba mi cuerpo y pelaba, mataba. Por algo me había elegido a mí, por el desprecio a mi padre y por ser, nada más y nada menos, que el mejor espadachín que había pisado el campamento en siglos.

Justo cuando estábamos en la sala de los doce dioses, pude recuperar mi cuerpo por un momento. Le rogué a Jackson que me permitiera ayudar. Fue complicado. No confiaban en mí, ni siquiera yo lo haría. Pero Annabeth lo convenció y pude clavarme una daga, la que hace muchos años yo le había obsequiado a Annabeth, en el punto débil de mi cuerpo, mi único punto débil, dando muerte a Cronos y a mi propio cuerpo.

_____________
Bueno, ahora vamos con algo de Luke. Esta historia tiene mucho rondando mi cabeza y teclas, es hora de compartirla.
Si gustan comentar, serán bien recibidos :)

Luke Castellan. Segunda oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora