M.
28 de Octubre de 2015
13:02
Simplemente no me puedo creer que esté aquí. Londres. He querido venir desde que tengo memoria, y por fin mi sueño se ha cumplido.
Quiero verlo todo, así que no sé muy bien por dónde empezar la visita.
Realmente, lo primero que hacemos es ir al hotel, el Claridge's. Es un poco caro, pero, llevo toda la vida ahorrando, no importan mucho los precios.
Nada más llegar, alucino como nunca antes lo había hecho.
La entrada tiene unas columnas blancas mientras el edificio se estira hasta el cielo. La fachada también es blanca y hay un letrero en letras doradas en el que pone "CLARIDGE HOTEL".
Continuando hacia arriba, el edificio cambia la estética volviéndose enladrillado, con las ventanas rodeadas de un material parecido al mármol, obviamente blanco.
Cuando entramos, el suelo se torna blanco con rombos negros y se extiende por toda la superficie. Lámparas muy decoradas cuelgan del techo y en las paredes hay arcos y columnas como si de un castillo se tratara.
Definitivamente hice una buena decisión eligiendo este hotel. Para ser sinceros, lo elegí porque me recordaba a la mansión Kappa Kappa Tau de Scream Queens. Mientras estuviera ahí, me sentiría como Chanel #1.
Entro en la habitación y sigo alucinando. El suelo de madera contrasta con las paredes color hueso.
Hay una alfombra azul cielo en el centro de la habitación acompañada de un sofá de terciopelo color café.
Dos camas considerablemente grandes se arrinconan en las esquinas de la habitación.-Guau-comento todavía impactado ante la belleza del habitáculo.
-No lo podría expresar mejor-contesta mi tía.
-¿Podemos irnos ya a ver la cuidad?
-Dame un segundo.
Al minuto, Cristina sale con un outfit diferente. En lugar de llevar su blusa rosa, ahora viste una camiseta con un bocadillo en el que pone "lol ur not Harry Styles".
-ME ENCANTAAAAAAAAA-grito sin pensarlo.
-Tengo otra para ti, obvio.
-Te quiero tanto tía, muchísimas gracias de verdad.
Corro a cambiarme y cuando me doy cuenta vamos casi a juego, excepto porque Cristina en lugar de llevar pantalones negros lleva unos color azul oscuro.
-Príncipe, ¿dónde gusta usted ir primero?
-¡BIG BEN!
-Entonces, vamos.
Cogemos el primer taxi que pasa y según vamos acercándonos al lugar algo se mueve dentro de mí. No había estado tan nervioso en mi vida.
El taxi nos deja cerca del Parlamento, donde se encuentra mi lugar preferido del mundo.En cuanto bajamos, voy corriendo hacia una cabina de teléfono de estas típicas para hacerme una foto.
Mi tía me sigue y nos hacemos miles de fotos juntos.
La razón por la que hacemos tantas se debe a que hay mucha gente y no se ve lo que se tiene que ver.
Cris ve un puesto de gofres y no se puede resistir y va a comprar uno.
Me pregunta si quiero, pero estoy demasiado emocionado como para hacer algo que no sea llorar y reír.Decido esperarla un poco más lejos de donde me había dejado. Son solo unos metros, tampoco le costará volver.
Avanzo esos metro y miro hacia arriba.
El Big Ben.
Llevaba esperando este momento desde que vi Peter Pan cuando era niño.
El mismo Big Ben que vi en la película de las Bratz.
Ese del que tengo cuadros en la habitación. El mismo.
Observo el reloj durante unos minutos.
Es increíble lo bonita que puede llegar a ser una simple construcción.Cuando me quiero dar cuenta, han pasado diez minutos y no sé nada de mi familiar.
Miro a mi alrededor pero solo veo gente desconocida.
Vuelvo al sitio donde nos habíamos visto por última vez. Me empiezo a desesperar.
Voy corriendo al puesto de gofres. Nada.Soy un poco drama queen, por lo que no puedo evitar que un par de lágrimas resbalen por mis mejillas.
-Seguro que está al lado del reloj, habrá vuelto al ver que no estaba en ningún lado-me digo a mí mismo para intentar tranquilizarme.
Vuelvo a la localización desde donde admiraba el reloj, pero nada.
Los nervios me pueden y no había pensado en llamarla. Me dispongo a desbloquear la pantalla de mi teléfono cuando veo que este no tiene batería.-No puede ser. No, me están vacilando. Debe ser una broma- rompo a llorar de pura desesperación.
Me dirijo hacia una cabina mirando al suelo, costumbre que tengo desde pequeño cuando veo que el mundo me come, cuando me choco con un hombre sin apenas darme cuenta.
-Oh, sorry. Are you ok?- me dice.
Me asusto porque 1. no me esperaba darme tal golpe, el hombre está fuerte y 2. es un desconocido y tengo bastante miedo a lo que es la gente en general.
-No problem- digo intentando irme, ni siquiera veo su cara puesto que las lágrimas me nublan la vista totalmente. Únicamente puedo distinguir una sonrisa en su rostro cuando salgo casi corriendo de ese lío en el que me he metido.
De camino a la cabina me pongo a pensar en ese misterioso personaje.
No lo vi mucho, de hecho, sigo sin ver claramente ahora mismo.Lo que siempre miro primero en una persona son los ojos, pero en este caso no pude debido a que llevaba unas gafas de sol...
Además su acento era precioso. Tenía una voz grave y hablaba bastante lento.
Su vestimenta era bonita y sencilla como la mía.
Lo único que sí pude distinguir bien fue su pelo. Era precioso. Tenía unos castaños rizos preciosos y brillantes. Igual que mi Harry.
Pero no puede ser. No puedo obsesionarme con mis chicos simplemente por estar en Londres.
Pero... estaría bien conocer a alguien así en este viaje.