Capitulo 1º

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Punto de Vista de Rose Hathaway:

Después del suceso con los Strigoi y volver a Dimitri a la normalidad, todo estaba en calma, mi camarada y yo por fin vivíamos juntos y vivíamos felices. En un día nublado y donde lo único que podías ver era una pequeña luz tenue que se veía a cinco metros de distancia, me despierto con brusquedad cuando veo a Dimitri tomando mi muñeca con gran fuerza que dolía demasiado. Lo miro y sacudo para despertarlo de la pesadilla que parecía tener, su reacción fue soltarme las manos y gritar mi nombre;

-¡Hey camarada! ¿que te sucede?- dije con un tono de preocupación en mi voz.

-Roza...Solo he tenido un mal sueño, no te dejes llevar por el-dijo Dimitri con voz temblorosa

-Pero me has tomado por sorpresa que me he preocupado al ver tu cara de miedo.

-No le des importancia son solo recuerdos viejos, tu tranquila y levantémonos que vamos a llegar tarde.

Él se levanto y se dirigió al tocador a ducharse, mientras que yo me quede sentada en la cama acariciando mi muñeca derecha pensando en lo que había pasado y notando que se estaba poniendo colorada.

Pasados unos minutos él y yo nos encontrábamos en la cocina preparando el desayuno, el de espaldas colocando el café en las tazas y yo sentada esperando a que se sentase a mi lado y me cuente lo que había soñado pero solo se dio vuelta para darme mi taza y se retiro al living, donde allí se quedo frente a una ventana donde su mirada estaba perdida en el frió y en la niebla de afuera. Me acerco por la espalda, lo abrazo y le digo que lo amo, pero el no dio respuesta, alejo mis manos de su estomago, dejo la taza en una mesilla que se encontraba allí y se dirigió hacia la Corte. Lo triste de esto es que no podíamos ir juntos a la Corte, porque nadie excepto Vasilissa, perdón, Lissa y Christian sabia de nuestra relación ya que las relaciones entre dos Dhampir era un poco problemática, en fin, Dimitri se fue primero y al paso de una hora llegaría yo.

Una vez que llego a la corte mi deber es proteger a Christian Ozera quien estaba comprometido con la Reina y se encontraba haciendo su rutina diaria de ejercicios en el gimnasio, al mismo tiempo Dimitri protege a la Reina o sea Lissa quien ya se encontraba sentada en su oficina enloqueciendo con un problema que se acababa de presentar, era tanto el alboroto que la Reina me ha mandado a llamar con un Guardián, al llegar a la oficina abro la puerta con fuerza y la encuentro sola en la habitación, cosa que me resulto bastante rara ya que Dimitri siempre esta alrededor;

-¿Que sucede Lissa? que es tan urgente para mandarme a llamar así- le dije con gran enojo

- Ozera...Ozera Tasha...eso sucede. No se sabe como pero logro escaparse de la cárcel y viene a por ti- dijo ella mientras miraba al guardia para que no divulgase lo que había oído.

- ¿Dimitri sabe algo de esto?- dije preocupada

- No Rose, aun no se lo he dicho, ni siquiera Christian lo sabe y aun no quiero que se entere porque se pondría muy mal. He decidido que si tu no quieres que le diga a Dimitri, tu has de prometer que no le dirás nada a Chris y así una vez por todas deshacernos de ella enviándola lejos de aquí para que no nos perjudique nunca mas, y así tu también puedes estar libre y tranquila el resto de tu vida- dijo con gran velocidad

- No creo estar segura de esto, raro de mi ya que la que diría algo así seria yo en esta situación, ¿estas segura de esto?, ¿Chris no se pondrá mucho peor si se entera que esto es lo que tu deseas?- dije preocupada por su relación

- Si eso creo, pero es un riesgo que voy a correr, es que ya estoy harta y cansada de que cada vez que queremos ser felices algo aparece y lo destroza como un tornado.- dijo Lissa con sus ojos llenos de lagrimas

- Lo se, pero al menos él entenderá la razón por la que quieres hacerlo, en cambio Dimitri no, ya que el cree demasiado en la justicia y yo creo que lo mejor seria dejarla atada desde la cabeza hasta los pies y encerrarla en una cueva en el fin del mundo, pero no se puede.- dije con cólera

En ese momento alguien golpea la puerta, Lissa se sienta en su silla y yo de frente al escritorio miro hacia la puerta en posición de ataque. Quien entra ni mas ni menos que Christian, que buscaba hablar con Lissa. Camine hacia afuera de la oficina para dejarlos hablar, cuando salgo y espero en la puerta siento unos pasos que provenían de mi izquierda, giro tirando un golpe y veo a Dimitri que para mi puñetazo con la mano;

-¿Así recibes a todos los que se acercan a la oficina de la Reina?- dijo con una picara sonrisa en su hermosa boca

- Mm...no, es solo que quería tomarte por sorpresa porque sabia que eras tu ya que me parecía raro que no estuvieras aquí vigilando a Lissa- dije para no decir la verdad de Tasha

- ¿Seguro Roza?- dijo con los brazos cruzados y mirándome con su cara de Guardián que tanto me gusta

-¡Si camarada! tu no te preocupes, si buscas a Lissa, ella esta con Christian en una reunión así que lo espero aquí-

-Esta bien, voy a hacer una ronda de vigilancia por los alrededores hasta que finalicen su reunión- dijo mientras se marchaba

- Pensé que te quedarías conmigo aquí haciendo guardia ya que nuestros Moroi están en la misma habitación- dije decepcionada

- Oh Roza... Sabes que me encantaría quedarme a tu lado, pero tengo que cumplir con mi deber, y eso lo sabes muy bien- dijo algo molesto y se fue

Varias veces maldije en silencio por su expresión, se parece a aquella vez cuando me dijo que lo que había pasado con el hechizo de amor era horrible, y aun sabiendo que después fue una mentira porque en realidad se preocupaba por su puesto de guardián, aun tengo algo de rencor por ello.

Al cabo de horas finalmente Chris sale de la oficina y me pide que por favor lo lleve lejos del castillo, a un lugar muy tranquilo en el cual se pudiese hablar con calma y sin molestias. Lo mire con algo de rareza, pero tenia que obedecer, cosa que no permitiría justo de este piromano ambulante, pero lo veía diferente a lo que estaba antes de entrar a la oficina, de seguro Lissa le contó la verdad. Lo miro a los ojos y digo;

- Sígueme y mantente junto a mi hasta que lleguemos, conozco un lugar en donde me ocultaba cuando necesitaba estar sola a los comienzos de mis años escolares- dije seriamente

- Esta bien, esta vez tengo que confiar en ti, es lo único que me queda en este momento. Pero...¿Dimitri estará bien con esto?-dijo sin percatarse de que el Dios estaba detrás de él

-¿Bien, con que?-dijo Dimitri seriamente

-En que Rose venga conmigo a un viaje a Rusia, ya que tengo que presentarme a firmar unos papeles por parte de la Reina que no puede viajar porque se encuentra descompuesta, y como soy el segundo al mando por ser el prometido de ella, tengo que asistir, por eso le preguntaba a Rose sobre ti-dijo Christian mintiéndole a Dimitri

-A mi no tiene que preguntarme nada, ya que ella es adulta y responsable de sus acciones como Guardiana de usted Sr Ozera- dijo sin titubear, ni preocupación alguna

-Estupendo, Rose ve a empacar tus cosas que en dos horas sale nuestro vuelo a Rusia- dijo la antorcha seriamente

Una vez en mi casa, me dirijo hacia la habitación y guardo mis cosas en un bolso grande. Al observar detenidamente, casi no quedaba nada de mis cosas, solo una campera de cuero y unas botas en el closet, las tome y guarde. Tristeza me dio al ver que no había nada mio allí, que comencé a pensar que función cumplía en esta casa, cuando nos mudamos por primera vez con Dimitri estábamos tan unidos y felices que solo bastaba estar en el sillón o en la cama abrazados para saber que tanto nos amábamos. Ahora es diferente, él a tenido demasiadas pesadillas últimamente, pero hoy fue la primera reacción violenta hacia mi y eso me preocupa. Lo amo tanto que no puedo creer la respuesta que le dio a Chris sobre mi, me dolió tanto que me da tristeza el pensar en no volver mas.

Una vez terminado de empacar salgo con rumbo hacia la puerta y veo a Dimitri entrar. Me mira por un instante y se va hacia un closet donde saca un bolso y se va, en mi cabeza me imaginaba otra cosa, lo que me hizo darme cuenta es que el ya no me ama tanto como solía hacer y decir. Levante mi bolso, lagrimas se acumulaban en mis ojos, y salí afuera donde me esperaba Ozera en un auto negro. De allí nos fuimos al Aeropuerto con destino... no a Rusia.



Nueva Vida: RevertimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora