Nuestro último baile

*Narra Savanna*

-Papá, despierta...llegarás tarde al trabajo.-digo golpeando la puerta del cuarto de mi padre.
-Qué hora es? -Son las 6:30 am
-¡POR DIOS SANTO! Es super tardisimo. -dice mi padre abriento brutamente la puerta y entrando al baño.
-Pa, el desayuno está listo, luego baja... ya me voy al colegio.
-ESTÁ BIEN, CUÍDATE. -oigo gritar a mi padre desde el baño.
Me apresuro a sacar la bicicleta del fondo y voy camino al colegio.
-Gracias a Dios sólo vivo a cuatro cuadras del colegio. -digo suspirando.

-Hola Savanna, ¿ya no vas a comprar ropa nueva, es así? Jajaja

Uff, las porrizorras de Tiffany y Clara. Sé que no está bien llamarlas así, pero si supieran como se comportan me entenderían. Además, son muy huecas y ¡Agh!.

-Miren, no arruinarán mi día. Mejor vayan a comprar un diccionario, par de huecas.

Dicho esto, salgo de ahí y las dejo hablando solas.

-Estas se creen princesitas y no lo son. -digo con un suspiro molesto. -Pero no arruinarán mi día.
Dejo mi bicicleta en un lugar seguro y entro a buscar mi salón.

Estoy en la clase de Literatura, al profesor se le ocurrió que pasaramos a presentarnos y ¡genial!... odio las presentaciones.
-Disculpe profesor, puedo entrar al salón?. -dice un chico castaño. Es un bonito chico, muy bonito.
-Adelante, jóven. -dice el profesor. -empezaremos contigo, preséntate.

Sí, que se presente.

-Está bien, me llamo Jeremías Coursein, tengo 16 años y bueno, creo que eso es todo. -dice Jeremías, el chico guapo.
-Muy bien, Jeremías, siéntate alado de tu compañera. -dice el profesor.

Oh no, el único asiento libre es el que está a mi lado, eso significa que... se sentará a mi lado.