Capítulo 08 - Caída de la Fama

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Una semana había pasado desde entonces.

Sin embargo, yo todavía estaba paseando alrededor del castillo.

-Hey, mocoso del escudo.

-¿¡Ah!?

Yo estaba caminando alrededor de la ciudad medio desnudo cuando el dueño de la tienda

de armas grito. Bueno, era cierto que yo había vagado en frente de su edificio, ¿pero qué

negocios podría él posiblemente tener conmigo?

-He oído hablar de sus hazañas. Usted violó a esa compañera suya, ¿verdad? ¿Le

importaría que le diera un puñetazo?

Parecía haber oído los rumores y estaba hirviendo de rabia mientras, anunciaba sus

intenciones y se sujetaba el puño.

-¿¡Incluso tú!?

Este tipo es probablemente igual que todos los demás, nunca escuchará mi versión de

los hechos.

Ah, sí, no tenía idea de lo que pasaba fuera del sentido común en este país - no - cuando

llegué por primera vez a este mundo. Pero violar a una mujer debe ser uno de los pecados

capitales.

Ah, maldita... Cuando vi Oyaji, la cara de esa puta que se puso en mi mente.

Estaba a punto de ser golpeado.

Me agarró violentamente y frunció el ceño.

-Ugh... tú...

-¿Que sucede? ¿No ibas a golpearme?

Oyaji aflojó el puño y cambio su cara.

-Cambien de opinión.

-Oh. Supongo que es mi día de suerte.

Yo estaba bastante seguro de que a pesar de mi bajo poder de ataque, todavía podía ir

golpe a golpe y durar más que cualquier otra persona en una pelea.

Por desgracia, por mucho que pulverizase a la gente nunca me creerán. Es por eso que

opté en centrarme en ahorrar dinero para que se produjesen hechos futuros.

Aunque, desahogar mis frustraciones en los globos me ayudara a despejar mi mente.

-¡Espera un segundo!

-¿¡Qué!?

Estaba a punto de salir por la puerta de la ciudad, cuando Oyaji me detuvo.

Me lanzó una pequeña bolsa.

-Te ves ridículo como estas. Considera esto un regalo de despedida.

Dentro de la bolsa había un poco de ropa de lino barato y un manto desgastado.

-... ¿Cuánto estás cobrando?

-Digamos unas 5 monedas de cobre. Esto es una ganga.

-... Lo tengo. Volveré a pagar más tarde.

Fue un poco extraño, moviéndose alrededor de la ropa interior. Supongo que el viejo

hombre nunca dejó pasar la oportunidad de hacer negocios.

- No olvide pagármelo todo, ya que lo único que quiero es dinero contante y sonante.

-Ah, seguro.

Tate no Yuusha no NariagariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora