-Narra Angy-
Ya habían pasado varias semanas desde la última vez que salimos todos juntos al cine. Las semanas de clase pasaban con normalidad y Kise y yo ya habíamos presentado el trabajo que planeemos. Después de eso, él me había invitado a ver como practicaba después de que todo el equipo lo hiciese, de esta manera podía verle después de mis clases de baile.
Tenía que confesar que ya no le tenía tanto odio a aquel chico rubio, más bien le veía como otro amigo al igual que los del equipo de baloncesto.
Hoy era viernes y era el último entrenamiento de la semana, me escapé de las clases de baile y me tiré una hora para ver a los chicos y luego otra hora para observar a Kise. En la primera hora podía ver como Aomine se dedicaba a observarme en cada momento que tenía oportunidad, yo intentaba mirarle por educación aunque a veces me incomodaba un poco.
Todos los demás chicos ya se habían marchado y solo estábamos Kise en la cancha y yo sentada en el banco observándole. Al momento que se cansó, vino hacia mí con su toalla rodeando su cuello y se sentó a mi lado mientras bebía un poco de agua.
-Aominecchi no deja de mirarte, eh -la toalla le tapaba la cara y sus palabras resonaban algo cansadas.
-Supongo, Aomine-kun es mono pero... -lo miré, sus puños estaban cerrados, ¿quizás por la furia?- Tu también eres mono eh -dije al instante pero luego mis mejillas comenzaron a arder.
-¡¿Qué dijiste?! -dijo el rubio mirándome de golpe con los ojos abiertos.
-¡Nada, olvídalo!
-¡Ahora me lo dices! -me agarró de las muñecas.
-¡Apártate de mí maricona! -grité y salí corriendo por toda la pista, a lo que él me empezó a perseguir.
Terminamos corriendo por todos los rincones hasta que acabemos los dos tirados en el suelo y riendo como si nos llevara la vida en ello. Kise se dedicaba a acariciar mi cabello, algo de lo que no me podía quejar porque me encantaba y yo le hacía lo mismo. Nuestros rostros en ese momento se encontraban a escasos centímetros y el silencio era algo incómodo, por lo que Kise decidió romperlo.
-¿Te apetece venir mañana a una sesión de fotos? -dijo con una leve sonrisa.
-¿No molestaré? -pregunté con vergüenza a lo que el chico infló sus mofletes.
-Vamos Angycchi yo quiero que vengas~-alargó la frase todo lo posible.
-Vaaale pero no me vayas a liar -bufé.
Nos fuimos a nuestras respectivas casas puesto que la sesión sería temprano por la mañana, la verdad es que estaba algo nerviosa y no me imaginaba tener que estar con Kise en esa situación. Cuando llegué a casa, comenzó el interrogatorio.
-Buenas Angy, ¿qué tal? -preguntó mi madre, de forma sospechosamente rara.
-Todo normal, ¿por qué lo dices? -dije mirándola con los ojos entrecerrados.
-Ya sabes que pregunto por Kise Ryouta... -su sonrisa se ensancha de golpe.
-Oh si, verás, me ha invitado a una sesión de fotos para mañana.
-¡Oh dios mío mi niña se hace grande y va a tener un novio modelo! -dijo toda ilusionada.
-¡Mamá por favor para ya con eso! -dije completamente roja.
A la mañana siguiente....
Mi madre se había levantado ilusionada y me había elegido una ropa para la ocasión, además de que estaba preparando un almuerzo para los dos.
Había escogido una blusa blanca con un cuello negro, una falda negra de tubo, calcetas blancas por las rodillas y unos botines negros; todo el conjunto hacía que mi cabello resaltara muchísimo. No tardé mucho en arreglar y lo mismo ocurrió con Kise, puesto que ya estaba tocando la puerta de mi casa.
Abrí la puerta y el llevaba un traje bastante elegante de color negro, ambos sonreímos al vernos pero no decíamos nada, hasta que mi madre apareció para darnos la comida.
-Hola, tú debes de ser Kise Ryouta -dijo mi madre.
-Buenos días señora Gregor -dijo él algo cortado y haciendo una reverencia.
-Llámame Mari, mi nombre de pila -le dio el almuerzo con una sonrisa.
-Muchas gracias Maricchi , traeré a su hija sana y salva.
Cuando salimos de mi casa no me lo podía creer, en la puerta de mi casa esperaba una limusina que traía Kise, puesto que no quería que nadie se le acercase, aunque no sé si con esto podría funcionar.
No tardemos mucho en llegar al estudio y yo me quedé esperando en uno de los sofás que había por el estudio, en concreto era el sofá donde los modelos se podían a posar, por suerte no había aún nadie.
No pasó mucho tiempo cuando vi a Ryouta salir del vestuario y dirigirse a mí, el fotógrafo también estaba listo y Kise le susurró algo que no pude escuchar a aquel señor. Pero eso no fue algo que me importase, él se acercó a mí y se sentó a mi lado.
-Estás muy guapa -dijo de pronto y yo me crucé de brazos, mirándole de reojo, a lo que él se empezó a reír.
La sesión de fotos comenzó, yo estaba sentada detrás del fotógrafo viendo como posaba Kise. La mayoría de aquellas posturas eran demasiados sensuales, algunas veces se abría la camisa para enseñar su torso, otras veces de mordía el labio, otras me miraba... Eso me ponía muy incómoda debo de reconocer.
En una hora la sesión ya había finalizado y Kise me invitó a pasar a su vestidor personal por así decirlo; cuando me di cuenta se estaba desabrochando la camisa delante de mí.
-O-oye, ¿qué haces cabra? -dije completamente roja.
-¿Ah? Lo dices como si no me hubieras visto nunca -dijo con una sonrisa pícara.
-Serás estúpido -bufé pero él se acercó repentinamente a mí, tomó mi mentón y me miró con aquellos ojos dorados que me hacían perderme.
-Espero que no te importe, ha sido un duro día de trabajo y necesito un premio -ese fue el momento en el que sus labios se posaron en los míos, haciendo entonces un beso torpe pero primerizo para ambos. Nunca creía que aquel modelo no hubiese besado nunca a ninguna chica.
No pasó mucho tiempo cuando el beso se tornó poco a poco en uno muy apasionado, llegando el momento en el que ambos estábamos con nuestras lenguas en una pequeña lucha por el control del beso, pero Ryouta no quiso parar ahí.
El beso se quedó a medias para dejar pequeños besos de mariposa por mi cuello, pero antes de hacer una locura me miró a los ojos, ambos ardiendo por la vergüenza y el calor de la situación.
En ese momento fue cuando el modelo echó mano a su pantalón para sacar algo, instintivamente le di un codazo, ya estaba malpensando.
-¿Qué haces? -dijo algo mosqueado y con la voz ronca, nunca había visto esa expresión en él, era como si estuviera enfadado.
-Perdona, creía que... -no dije más, pues sacó una fotografía de su pantalón, el fotógrafo que estaba con nosotros nos tomó una foto de improviso, justo cuando Kise me dijo lo guapa que estaba.
-No quiero forzarte a nada... -susurró.
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QUIEREN LEMON EEEEEEEEEH? C:
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Kuroko no Basket - Las damas primero [Kise Ryouta x Oc]
RomanceAngy Gregor es una chica nueva en el instituto Seirin, pelo anaranjado, ojos marrones y campeona regional en baile moderno. Kise Ryouta es un atractivo modelo, rubio y de ojos marrones, además de destacar por sus logros en el baloncesto. Kise está...