Los alpinados edificios son los primero que aparece por mi ventana.
Otro día más, otra meta absurda que alcanzar. Creo que dormir es como morir por un rato. Aveces, creo que me gusta dormir.
Me visto. Tengo varias cosas que hacer hoy, entre ellas está encontrar a quien debería llamarse, el amor de mi vida.
Talves nisiquiera existe, pero eso no es lo que dicen mis sueños.
-Vamos Annie, no querrás que Simon venga por tí.- Es Clary, mi hermana menor.
- No tengo hambre. Creo que podrías decirle eso como todos los días.- Sonrío sarcásticamente.
- Vale voy en un segundo.
Bajo las escaleras. Mi cuarto, que también es de mi hermana, se encuentra alejado de la televisión, de la comida he incluso del baño. Debido a Simon se ha quedado con los mejores lugares de la casa. Nunca dejaré de preguntarme como mamás se enamoró de él. De todas formas la gente se enamora de maneras misteriosas.
- Oh Annie, hasta que te dignaste en aparecer.- Me dice Simon. La verdad siempre he odiado su voz.
- Nunca quise hacerlo.- Digo en voz baja, sin que logre escucharme. Y me siento.
- Vamos a ver, tenemos cereal y leche, por favor Annie trae a tu papá algo de aquello.
- Tu nunca serás mi padre.- Golpeo la mesa, no es la primera vez que lo hago.
- Annie calmate porfavor, no debemos gritar en la mesa.- Dice Clary.
- Podría traer lo que te pedí? Tu padre tiene hambre.
Antes de que pueda decir algo Clary se levanta y alcanza un poco de comid para Simon.
- Deja de tratarlo como si fuera alguien importante, las dos sabemos que no lo es.
- Puedes calmarte. Trata de ser cortez.
- Vale creo que debería irme.
Subo las escaleras corriendo, nisiquiera pienso en dar la vuelta para ver la reacción de Simon.
Clary es algo más madura que yo.
Mi vida en esta casa es un desastre. Tiempo atrás tuve una familia, aunqur nunca tuve un padre que nos guiara a mí ya a mi hermana. Mamá nos contó que murió en el ejercito cuando teniamos apenas dos años.
Como olvidar a mi madre, su hermosa cara, sus risas, la amaba ta tanto.
Nisiquiera me di cuenta cuanto todo eso empezó a desvanecerse. Seguramente la llegada de Simon, lo causó. Lo odio, odio cada palabra de su asquerosa boca. Odio que se crea mi padre. Como alguien como mamás puedo enamorarse de él, no lo entenderé.
Además me pregunto como puedo itse y dejarnos con él. Se que no es su culpa pero nos hace falta.
Aunque creo que es más feliz allá arriba junto a papá.
Siempre soñé con ellos juntos y ahora lo están.