La pileta de cera que se encuentra en la parte trasera del parque está apagada, las flores de los alrededores están muertas, talves por falta de agua.
Siempre me ha gustado ver las flores, cada una tiene un significado, apesar de secarse es importante aunque nadie lo note.
Vamos Annie que haces? Debería estar trantando de arreglar las cosas... me digo a mi misma.
En ese momento pequeños fraentos del sueño de ayer regresan a mi mente.
Recuerdo la voz un chico.
- Hola.- me atrevo a decirle al verlo sentado en mi lugar favorito.
- Hola... - se le nota los nervios en sus ojos. Tiene unos de eso en que te pierdes con tan solo mirarlos.
- Te estaba buscando ¿sabes?.- las palabras salen sin que las controle.
- ¿A... mi?
- Si a ti... - su nombre se me ha olvidado.
Siento su mano sobre la mía, en ese instante juro que me ruboricé.
- Y porque?
- Tu me das esperanza.- lo digo muy segura de mi misma.
Recuerdo muy claramente ese sueño, pero su nombre realmente se ha borrado.
Nunca creí que podría decir muchas de esas palabras. Talves no tenga sentimientos pero no lo he demostrado en aquel sueño. Para que querría tenerlos si rompen tu corazón por entregar todo.
Pero, recuerdo muy bien sus ojos.
Yo siempre fui una chica solitaria, aunque no parezca cuando crecí me di cuenta que necesito de alguien. Alguien que me escuche, que me quiera y que en definitiva me ame.
Decidí seguir caminando, seguir perdiendome en el aroma de las flores.
Miraba las flores, las contemplaba, muchas vivas otras luchando por sobrevivir.
- ¿Quieres que corte una para tí?- es la voz de un chico.
Me giro. Tiene unos lindos ojos aunque no me explico siquiera porque se acercó.
- Merece vivir... no lo hagas.
- Vamos, es solo una flor.
- Algo que realmente tiene una vida.
- Deja de ser antipática.
- Vale dejaré de serlo con alguien que no conozco...
- Lo siento, Tomás.- me dice sonriendo
- Ah.- No suelo hablar con desconocidos
- ¿Así nada más? ¿No me dirás tu nombre?
- ¿Porque lo haría?
- No crees que apesar de tener una linda sonrisa eres algo irritante?
- Me llamo Annie.- digo casi riendo.
- ¿Acaso mi sonrisa es linda?- rio.
- Recuerlo haberlo hecho, aunque no es del todo cierto, tus ojos son más lindo.
- No te emociones, eh.
- Mira tus mejillas y verás quien parece emocionada.
Reímos
Me parece familar.
Trato de encontrar el parecido con el chico del sueño. Soy un asco para disimular y él lo nota.
- ¿Que tanto me ves?
- Nada, he recordado que hiba ya a mi casa.
- Vale nos vemos luego.- me dice sonriendo.
- Eso quisieras...
- Realmente lo quiero.
Rie y se marcha.
