El día amaneció algo frío, aunque no fuera invierno, traía un short y una blusa de tirantes así que me puse una chamarra que estaba en la silla que tenía a lado de mi cama, la típica silla lleva de ropa, sucia o limpia, pero es ropa al fin y al cabo.Hoy tenía que ir a esa cita con con los novios y con el padrino, Chris. A mí no me gustaba levantarme temprano un domingo, pero la idiota de mi mejor amiga me había me obligaba, pero sin importar lo que ella me dijo, yo me dormí, caí en un sueño terriblemente profundo y no desperté.
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El blanco estaba en todas partes, invadía el lugar. Yo tenía una sonrisa de idiota que no podía borrar de mi rostro, las piernas me temblaban y cuando hablaba solo salía un hilo de voz.
Estaba tan emocionada, no podía caminar, me miraba en el espejo y no lo podía creer, era un sueño hecho realidad, después de tanto tiempo la vida me había dado una oportunidad, por qué joder lo amaba tanto, él era toda mi vida, por alguna razón estaba nerviosa, pero no nerviosa de emoción, en parte sí, pero era nervios de que algo saliera mal.
Yo sabía que él me amaba, y amar era poco para lo que yo sentía, pero mi estómago tenía ese sentimiento extraño.
Tenía miedo, ¿de qué? De que todo saliera mal, tenía ese sentimiento de me dejaría, se iría, huiría de mi. Por dios, tengo tan poca confianza.-Te ves preciosa cariño.- dijo la mujer vestida de azul que había estado tan lejos de mí, la mujer que me había dado la vida.
-gracias mamá- me separe del espejo y fui a abrazar a mi madre, no pude evitar que cayeran lágrimas mojando el vestido de encaje azul de mi madre, la abrace con unas fuerzas inimaginables, ella hizo lo mismo, no me quería separar de ella.
-¿lista?- preguntó separándose de mi y limpiando mis lagrimas.
-lista.
Camine con ella por el pasillo hasta llegar en el jardín en el que sería la boda, tenía un miedo inmenso, con trabajo podía respirar y tragué saliva. Al parecer mi madre lo noto y me miro.
-tranquila, todo saldrá bien cariño.-la mire y ella acaricio mi espalda cubierta con puro encaje con su mano, me dio un escalofrío al sentir su tacto, hace tanto que no la veía que era raro sentirla como mi madre.
-si lo sé, solo estoy emocionada.-dije trabando un poco la voz.
La música empezó y camine agarrada del brazo de mi mamá hasta el altar donde él me espera. Sus ojos castaños penetraron en mi alma y sonreí como una tonta todo el camino.
El extendió su mano y yo tenía la intención de tomarla y justo cuando la iba a tomar algo me despertó
-¡Margarete Blas despierta, tenemos que ir a las invitaciones!- justo cuando mi día se ponía bonito ella llegaba, la quería pero en ese momento quería matarla.
Me tape con las sabanas de mi cama y oculte la cabeza debajo de la almohada, no quería levantarme, estaba cansada, con sueño y deprimida.
No podía pasarme la vida sufriendo, pero parecía que que me quería ver derrumbada en el suelo. Es como si la vida fuera una aplanadora y yo estuviera debajo.
Emily me destapo y aventó la almohada por alguna parte de mi cuarto.-¿es necesario ir?-pregunté mientras me volvía a tapar poniéndome boca abajo.
-claro que lo es! Necesito esas invitaciones y los centros.
-¡¿entonces por qué los cancelaste!?- dije levantándome de golpe y gritando.
-será por qué no me gustaron?- dijo sarcásticamente.
- ¿y eso que? Solo déjame dormir.- me volví a tirar a la cama en cuanto ella fue al tocador que estaba alado de la cama y tomo mi cámara ¿qué quería hacer la idiota de mi amiga? ¡NO! ¡LA CÁMARA NO!
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Algún día, tu y yo
Teen FictionUna simple pregunta puede cambiar una vida entera, pero la respuesta la pone de cabeza. Margarete sueña con que una persona especial le haga esa pregunta, y ser ella quien diga el "si". Margarete Blas es una fotógrafa profesional junto con su socio...