Capítulo IV Tal vez

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Mi ira inminente en el trabajo y sobrecarga de estres me alejaban cada vez más de aquel lugar de aquella profesión, era un buen bartender era el alivió para el borracho que no conseguía con quien hablar, era el coquetear de una chica cualquiera que nunca paso de eso, y era el esclavo atado a aquel lugar por la necesidad de tener dinero y llenar muchas necesidades.
Todas aquellas cosas fueron el cúmulo de agua que lleno la copa y eso me impulso a tomar una decisión que dejaría fuera a aquella chica, a la bohemia, la conocí gracias a Layo que irónica es la vida, ya no sería... todos esos anhelos en simples mirar, toda aquella historia quedaba allí con mi renunciar, una historia que nunca terminó de comenzar, tantos besos por dar, suspirar por robar y una historia por crear, quedaba alli en el bar.
Tal vez fuese esa chica, la bohemia quien llenara ese vacío que dejo mi padre y no derramaria más lágrimas por el y tal vez ella calmasé mi adicción a fumar, pero todo quedó en un tal vez, un quizás, un que hubiera sido.

Me odié tras mi renuncia transcurridos meses y no volverla a ver pensar en su sonrisa y si acaso preguntaria por mi en el bar que le diría Layo al preguntarle que pensaría ella de mí.

Sólo quedaba una cosa por hacer y era lo que mejor sabia hacer... Leer.
Transcurrió un año
O menos que eso y leí tantas historias viví tantas vidas.

Dicen que las personas que somos lectores vivimos más vidas que una persona corriente, vivimos otros mundos, miles de amores y sufrimos el dolor de la muerte.

Y yo lo creo cierto lei una decena de libros y entre ellos divergente de Verónica Roth

Exactamente el libro de aquella chica la bohemia, la cual siempre sonreía estúpidamente cuando me veía limpiar, si tal vez yo fuese actuado y le fuera hablado mas directo la historia hubiese sido distinta pero quizás de allí abrí mis alas y volé mas alto por así decirlo.

La vida nos enseña a superarnos de la manera mas cruel debemos dejar de aferrarnos a lo que conocemos y debemos adentrarnos en la oscuridad y ser valientes. Todas estas cosas llegaban a mi mente una y otra vez, ya no había bohemia ya no sabría mas de ella un viaje la apartaría totalmente de mis posibilidades y aunque nunca tuve su número de teléfono ni su dirección y mucho menos aprendí a pronunciar su nombre y apellido siempre guarde un bonito recuerdo de esa chica a la cual no vería mas solo me quedaba su sonrisa en mi pensar.

Los últimos 3 meses pro siguientes debí buscar un empleo, ir a entrevistas dar buena cara buena impresión no era lo mio siempre he sido apático para caer bien, pero lo logre un trabajo de encomiendas en una empresa de la ciudad no era el gran empleo pero estaba agradecido igualmente no había muchas posibilidades de trabajo por la situación del país.

"Las cosas no suceden como queremos pero debemos aceptar"

El tiempo transcurrió y con la llegada del invierno se acercaba mi graduación mi sitio de trabajo era el lugar de encomiendas debía llevar todo a tiempo a cada departamento habían personas agradables allí, chicas lindas y superiores respetuosos el lugar era armonioso y me destacaba como nunca.

Al pasar el tiempo recibí buenas noticias fui promovido por mi jefe a un cargo superior ahora era el supervisor de cuentas por cobrar, hasta yo dude de mi talento y pensé
"Porque a mi hay personas mas actas que yo"
Nunca lo entendí tampoco era de entender solo daría lo mejor de mi en el área de cuentas por cobrar mi rendimiento fue aumentando y crecí como líder por así decirlo tal vez no tendría a la bohemia pero crecería empresarialmente.

Las mañanas eran un café y un cigarro antes de ir a mi oficina poner todo en orden, mi secretaria se llamaba chirli un nombre extraño siempre pensaba en una mascota o un chihuahua pero era buena en el puesto y sin duda sería mi sucesora en caso de mi salida que estaba propensa debido a mi pronto titulado, a partir de ahí seria un profesional y solo faltaban 4 meses para eso cuando recibí una llamada del departamento del presidente de la empresa lo primero pensé
"Que hice mal"

Mi subconsciente siempre piensa lo peor soy de las personas que se hacen la película de drama en la mente y se que muchas personas son ahí quizás herede eso de mi madre.
Pero en realidad mi Jefe Don Mihael solo me llamo para estrechar mi mano para nombrarme gerente general de una de sus sucursales al norte de la ciudad un lugar nuevo para mí donde mi vida cambiaría totalmente y tal vez mi mala suerte en el amor.

Postal de un AdiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora