No soy idiota.

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Suena la alarma de mi celular avisándome que ya debo despertarme para ir al colegio. Que perdición, odio ir al colegio. Mas los miércoles que tengo 3 interminables horas con el profesor barriga verde de matemáticas. El no se llama "Barriga verde". Claro está que Eduardo fue el creador de esa palabra.

Apago el melodioso sonido de mi alarma, nótese el sarcasmo, y me paro de la cama. Oh esperen. Evans, me siguió ayer, Dios mío no me lo creo, creo que me volveré loca, pero es aceptable ¿no? Un reconocido modelo de ropa interior marca Calvin Klein no te sigue, ni te habla, ni te dice belleza todos los días.

Me meto a la ducha y salgo en menos de 10 minutos. Me dispongo a ponerme el uniforme que tanto odio. Una falda roja con rayas negras, una camisa blanca por dentro de la falda, unas medias largas y zapatos negros. Me miro en el espejo y yo misma me asusto, mi pelo esta horrible, completamente rizado y esponjoso.

Bendita humedad.

Me agarro el pelo en una coleta y me hago un chongo dejando unos cuantos mechones de pelo sueltos. ¿Qué más da? Cuando llegue a casa estaré un desastre de todos modos. Salgo a la cocina y un olor a panqueques y huevos revueltos con tocino me invade las fosas nasales.

-Buen día mama-

-Buen día princesa- dice besándome la frente. – he hecho tu desayuno favorito-

-Todos los miércoles lo haces mama. ¿Y papa?-

-Se fue a trabajar temprano. ¿Cómo es eso que te encontró encima de Eduardo?-

-Sabes que papa exagera todo, solo le daba una lección por haberse comido mi churro- dije haciendo pucheros. Mama levanto una ceja muy elegantemente como solo ella lo sabe hacer.

-Nadie me quitara de la cabeza que Eduardo siente algo por ti- Casi me atraganto prácticamente con un pedazo de panqueque.

-Tú, Neyla, Papa y toda mi familia están locos, de verdad que si- le di un sorbo a mi vaso de jugo y me levante para partir a la escuela.

-Aun no ha llegado el autobús y no has terminado tu desayuno- dice mama con una sonrisa ladina. Para mi suerte en ese preciso momento sonó el claxon del autobús. – Te salvas- dice mi madre apuntándome con su dedo índice, acto seguido, le saque la lengua.

Una vez subida en el autobús me senté al lado de Neyla, es una costumbre.

-Hol...-

-¿Alguna novedad de Evans?- vaya... esta se encuentra con más emoción que yo.

-Hola, yo estoy bien gracias- Neyla pone los ojos en blanco y se cruza de brazos.

-Deja tu ridiculez y respóndeme-

Doy un resoplo y le respondo.

-Sí, me dio las buenas noches y ya está, no he vuelto a hablar con él-

-Ay no sé cómo puedes estar tan calmada. No fue a mí que me siguió y me hablo y tengo una emoción. Un modelo no hace eso todos los días-

-Sí, pero no quiero ilusionarme. Quizás solo lo hace por molestar o algo así-

-Siempre de negativa- dijo mientras negaba con la cabeza.

Llegamos al apreciado colegio y antes de entrar al aula mi celular vibro en el bolsillo de mi falda. Salude a Eduardo y luego saque muy sigilosamente mi celular para ver de qué se trataba. Era un mensaje de Evans. Una sonrisa apareció en mi rostro y mi corazón se sobresalto, empezó a latir y a bombear sangre en un nanosegundo.

*Aquí unas fotos de la sección de hoy. Que tengas un buen día Chantal.*

Abrí las fotos y la quijada no me llego al suelo de casualidad.

Me case con mi mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora