- ¡Kon, ven!.
Aparece justo delante de mí una chica con el pelo corto, negro , de piel morena y con un pequeño vestido azul, rasgado por un lado y unas deportivas negras.
El ser sale completamente a la luz, es ahora cuando, al verlo con claridad, me doy cuenta de que es un perro, sucio y magullado, al igual que la chica, y con restos de sangre en la cabeza.
- Sanae, ¿dónde estabas?- Fui a analizar un ruido que escuche.
Las chicas continúan hablando, esa chica es Sanae, la otra rescatada.
- No tenías que quedarte con él.
- Ya, por eso deje a Kon a su lado.
- Menudo susto me he llevado, no pensé que fuese un perro.
- No te preocupes, esos seres metálicos son bastantes grandes como para entrar aquí.
Dice Sanae, mientras acaricia el perro. El can parece ser un schnauzer gigante, no entiendo mucho de animales, pero me críe con un perro de esta raza, aunque de tamaño más pequeño.
- ¿Entonces, el perro es tuyo?.
- Sí, el me salvo la vida. Casi morimos los dos, pero gracias a Claire y su hermano, pudimos salvarnos.
- Yo también agradezco vuestra ayuda, pero sabéis lo que está pasando.
Claire se levanta, camina hasta Sanae y le da un trozo de pan, a continuación saca de la mochila lo que parece un trozo de carne y lo deja sobre una piedra. Kon la olfatea, la lame y comienza a comérsela. Dándome la espalada, comienza a relatar.
- No estoy muy segura de lo ocurrido, solo que ayer por la mañana quede con mi hermano para ir al centro comercial del norte de la ciudad. Cuando íbamos de camino, nos encontramos con su novio Abel, por lo tanto decidimos continuar los tres.
De repente Claire se calla, mira fijamente a la oscuridad y de ella dos chicos aparecen, por la cara de felicidad que portan las chicas deduzco que ellos son Joshua y Abel.
- Joshua, ¿ es seguro el lugar?
- Parece que si Claire. Veo que el chico se ha despertado.
- Si, se llama Ezequiel.
- Bonito nombre. Yo soy Joshua.
El chico parece más joven que yo, pero no creo que mucho, tendrá unos veinticinco años, tiene el pelo muy corto, casi rapado, pero se aún se distingue el color de su cabello, marrón claro. Porta una sudadera atada a la cintura, unos pantalones vaqueros, rotos por las rodillas, unas deportivas azules y una camiseta con un dibujo del coyote siguiendo al correcaminos.
El otro muchacho, aparenta tener mi edad, unos treinta, lleva puesto unos vaqueros negros, sus deportivas son negras también, el pelo rubio y una barba frondosa, con el flequillo largo, como llevan ahora los chicos, y una sudadera verde.
- Por descarte, tú debes ser Abel.
- Así es.
- Bueno, ya estamos todos, continuaré contando lo que se.
Claire continua con su relato, vuelve a sentarse a mí lado, agacha la cabeza y comienza.
- Cuando ya estábamos en el centro comercial, nos dirigimos al aparcamiento sur, y justo antes de bajarnos del coche una gran explosión a unos quinientos metros de nuestra posición...
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Y vinieron de arriba...
Science FictionUn rayo de luz ilumina la habitación por una diminuta apertura en la cortina, aunque pequeña, la luz es cegadora, lo cual hace que abra los ojos......Las llamas de alrededor de cuatro metros de alto, asolan por completo la ciudad, entre ellas aparec...