Capítulo 2

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Escucho un sonido, parecen algo goteando, me duele todo el cuerpo, no me puedo mover.

Pasos, algo se está acercando a mí, parece andar sobre agua o algún tipo de líquido, es entonces cuando me doy cuenta de que ya no me hayo en mi jardín, estoy en un sitio cerrado, casi oscuro, apenas una luz ilumina mi entorno, me encuentro apoyado en la pared, en una forma cómoda, pero aún así me duelo todo.

Tengo que sacar fuerzas, he de salir de aquí, antes que lo que se acerca llegue hasta mí. Lo intento, pero no puedo, es como si mi cuerpo fuera un simple bloque, de cientos de toneladas, no puedo morir aquí, pienso.

Vuelvo a mirar a mi alrededor, parece que me encuentro en una alcantarilla, pudo el suelo quebrarse bajo mis pies, me pregunto, intento recordar, pero todo está muy borroso.

Fijo la mirada en la dirección donde escucho los pasos, intentando ver algo en la oscuridad pero todo más allá de mi lado, donde incide la luz, solo veo escombros, nada más.

Los pasos han cesado, ahora solo escucho el goteo tintineante, es entonces cuando percibo entre la oscuridad una leve luz, fija, pequeña, parece una linterna. Mi respiración se detiene, tengo tanto miedo en el cuerpo, que comienzo a temblar. Será un ser como el que me ataco en casa, pienso, espero que no, rezo por ello.

La luz avanza lentamente, es entonces cuando comienzo a divisar una sombra a su alrededor, a cada paso que da, se revela algo más de su ser. El miedo desaparece poco a poco al ver que efectivamente la pequeña luz procede de una linterna, la cual es sujetada por una joven, de pelo castaño ondulado, con una pequeña mecha roja, colgando justo en el lado derecho de la cara. Su ropaje está roto y sucio, parece un mono de trabajo, lleva un vendaje en la mano izquierda y una botas por lo menos dos tallas más grandes.

- ¿Quién eres?. Pregunto con temor.

- Veo que has despertado, ¿cómo te encuentras?.

- Si, no me puedo mover, me duelo todo.

- Bien, he traído un poco de comida.

- ¿Quién eres?. Vuelvo a preguntar más intrigado que asustado.

La joven se sienta junto a mí, entonces es cuando me percato de que lleva en su espalda una mochila, la cual se descuelga, la apoya en su regazo y la abre.

- Me llamo Claire. ¿Y tú?.

- Mi nombre es Ezequiel. ¿Cómo he llegado aquí?.

Saca un trozo de pan, lo parte y me da un trozo, con dificultad lo cojo y le doy un bocado.

- Te hemos traído aquí Joshua, Abel, Sanae y yo.

- Gracias, ¿donde se encuentran los otros, son tus amigos?.

- Pues Sanae debiera estar aquí, así que no sé donde estará. Joshua y Abel fueron a inspeccionar la zona y yo a por algo de provisiones. Joshua es mi hermano Abel su novio, a Sanae la encontramos de camino aquí al igual que a ti.

Me quedo pensativo.

- ¿Dónde nos encontramos?.

- Estamos en la depuradora a las afueras de la ciudad. Cuando nos dirigíamos hacía aquí huyendo de la masacre nos encontramos que uno de esos seres se acercaba a ti, al ver que te movías lo arrollamos con la furgoneta, te cogimos y continuamos el rumbo, esquivando todo lo posible.

Doy gracias de que llegaran a tiempo, sino estaría muerto, a veces uno se siente feliz de que haya gente buena en este mundo. De pronto noto que algo justo a mi lado se mueve, lo puedo percibir por el rabillo del ojo, mi cuerpo se encuentra totalmente paralizado, no puedo ni mover la cabeza, antes de que el miedo me vuelva a inundar consigo ver que es algo pequeño, no puede ser uno de esos monstruos, respiro aliviado.

Cuando ya pensaba que debía ser una alimaña percibo que en realidad se encontraba como sentado a mi lado, oculto por mi cuerpo, y aún mirando por el rabillo, veo como su volumen aumenta, casi llegando a duplicarse.

Unos ojos brillantes se clavan en mis pupilas, es tal la oscuridad en esa zona que me impide ver de qué se trata, solo puedo percibir que tiene cuatro extremidades y lo que parece ser un pelaje blanco, algo sucio. Algo más cerca de la luz intuyo unas manchas rojas, tan rojas que parece sangre, espera, son de sangre, el extraño ser tiene la cabeza llena de sangre y se está acercando a mi.


Y vinieron de arriba...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora