Sola en la ciudad

Se avecina una tormenta

Hoy es un día lluvioso y gris pero aun así tengo que levantarme a las 6:30 de la mañana para irme a trabajar y prepararle el desayuno a mi queridísimo novio al que tengo que estar cuidando porque viene agotado del trabajo,como yo pero ese es otro tema. Después de preparar mi zumo con tostadas y de tomar mi delicioso café importado desde la India, me doy una interminable ducha de agua caliente y me visto. Una vez hecho todo esto, cojo mi ordenador,las llaves y me voy.
Como de costumbre nada más entrar,ahí está Cameron para restregarme lo bien que le va con su puesto de trabajo y lo atareado que está, algún día ocupare su puesto y podré tomar decisiones importantes. Bueno luego tengo que pasar por secretaria para que anoten que he ido a trabajar, pero Sara me da mucho miedo porque se fija en todo y es muy borde y además yo creo que me tiene cruzada porque siempre me mira mal.
Pero hoy me he atrevido a mirarla a la cara y decirle: soy la Srta García ¿tienes algún recado para mi?
Ella me contestó con su mirada matadora y su voz rancia y despreciable:
sí, la srta de Laurel quiere verte en su despacho y vas con dos minutos de retraso ya sabes que a ella no le gusta esperar.
Seguro que me va a ascender o a subirme el sueldo, o incluso a felicitarme por mi trabajo con unas maravillosas vacaciones pagadas por las Islas Baleares.
Cuando llegue a su despacho me miró de arriba a abajo durante unos minutos y por fin dijo: ¿a qué estás esperando? Siéntate, tengo que hablar contigo de algo muy importante, estos últimos meses me he dado cuenta de que tu productividad ha bajado un 60% así que o te pones las pilas o date por perdida,ahora márchate y Ponte a trabajar no quiero volver a verte hasta que tu productividad suba por lo menos un 50%.
Me quede impresionada ¡un 50%! Para conseguir eso tendría que trabajar como una esclava todos los días y no me daría tiempo ni para respirar.