Princesa. [Fanfic de The Gazette (Aoi X Koga)]

Tontos.

"Incluso si dejamos de hablar, incluso si amas a alguien mas por que yo me deje estar, yo, como un imbécil, estaré detrás de ti siempre, incluso desde las sombras...".

Koga pov.

Es cierto, nos besamos, pero al parecer nació el arrepentimiento de sus dichos.

Lo encontré tan tierno, el es meloso cuando se lo propone.

El beso fue tan delicado, él sentía que yo me rompería o algo así. Nos abrazamos tan fuerte, que creo que todas mis partes rotas se volvieron a unir. Sentí que todo era tan perfecto que en cualquier momento llegaba mi ex, o alguna cosa que nos joda la existencia, con esta suerte horrible que me persigue. Pero no, nada malo pasó, era nuestro momento, el merecido momento de ser felices. El tarareó "una vez en diciembre" en mi oído, y creo que mi rostro no se había llenado de tanta felicidad hacía mucho tiempo. O al menos de este tipo.

Decidí ir a mi empresa al día siguiente para retomar mi trabajo.

Pensé eso mientras seguía al lado de Aoi, que acariciaba mi cabello, recostada en su torso.

Así que al final no hubo sexo. Pero está bien, por que no quería arrepentirme de nada.

Algo que hace esto extraño es que nosotros eramos unidos por algo o alguien más, pero ahora era simplemente por que nuestros lazos eran fuertes y no tenían rasguño alguno.

Esa noche conversamos como adolescentes inexpertos, bajo una noche que podría ser estrellada si no fuese por las luces excesivas de esta poblada ciudad.

Aoi pov.

  Probablemente esta noche me arrepentiría de dejar pasar la oportunidad que me dio Koga... A la vez no, pero es complicado, ¿que hombre no quiere intimar? Pero lo que me induce a dudar aquí, es con quien es. Y ella, ella, la mujer que me marcó como si fuera de su ganado, me hace pensar bien, "Más que intimar, es que quiero hacer el amor con ella". No me sentaré a esperar que se enamore, como prometí, voy a actuar, y no me echaré a morir ni nada si algo saliera mal. Solo hay que enfrentar todo lo que suceda.

... Estoy siendo muy optimista.

  Al otro día no había trabajo, y Koga fue a avisar que ya podía reiniciar sus actividades en la compañía, por lo que no sabía si volvería a alguna hora en específico, así que me decidí por hacer algo y salí con Uruha, Kai y Ruki.

  –Levanta ese ánimo, hombre. ¿Cómo es que andas de lastre por la vida? – Kai estaba animando a Uruha con la táctica de «Para de dar pena, querido amigo».

  –Pero, es que no tengo razón para estar de ánimos, no tengo nada que quiera. Ensayar me haría más feliz que ver tanta gente idiota en la calle.

  –Valla, Kouyou, si que andas de malas. Te juro que un par de tragos te harán cambiar de opinión.

  –Oye, enano, generalmente es al revés lo de los comportamientos. Tú debes saber como animarlo sin hacer que se le apague la tele (Se emborraché hasta no saber que hace). – Para que dejara de ofrecerle vicio, hay que decirle, si no, no entiende.

  –Tú, anda a ver a tu chica en vez de estar aquí, ¿No crees que podría sentirse mal? Además, si andan chicas lindas por ahí, podrías caer otra vez, eh...

  Me acababa de recordar que por aquí suelen pasar las noches mis dos ex compañeras sexuales. Que lindo. Debía irme de ahí en ese mismísimo momento, o tendría una molestia con la cual lidiar.

  –Será mejor que desaparezca de aquí. Tendré problemas con ustedes saben quienes.

  –¿Te vas sin ninguna gota de alcohol? Este si que sentó cabeza.

  –Tengo suficiente alcohol en casa. Pasenla bien, yo me voy... Y, Uruha, alegrarte un poco no estaría demás.

  –Gracias, adiós.

   Alcancé a huir, ninguna estaba por ahí, al menos no las vi, y si estaban, espero que no me hayan visto. Son capaces de seguirme. Tomé un taxi a casa y me largué.

   Cuando me bajé ví a gente extraña por ahí, unos cuatro pelagatos, y a una mujer...

Un adelanto de lo que se viene.
Esto lo dejé listo hace como cinco meses, olvidé publicarlo, pero aquí está.