Capítulo 1 Parte 3: Bienvenida a EsmerilUn enorme candado mantenía la puerta principal cerrada. El candado tenía un aspecto antiguo; probable había mantenido la puerta serrada por siglos. Cuando me acerqué, el candado se abrió de la nada. Empujé la puerta y entré.
Busqué en cada una de las habitaciones de la mansión, sin embargo, todas estaban totalmente vacías, como si hubieran saqueado la mansión o algo parecido. Finalmente recordé que usualmente en las películas la biblioteca de las mansiones está en el segundo piso, así que, subí los escalones cubiertos por varias capas de polvo.
'Qué bueno que no soy alérgica.'
Entre por la puerta más grande que había en el segundo piso, notando repisas. Dichas repisas en su tiempo, podían haber estado llenas de libros, pero ahora estaban totalmente vacías. Allí no había nada más que polvo y telarañas.
Por la obscuridad, debían ser alrededor de las nueve. Prendí el único candelabro en la habitación para mirar mi reloj de pulsera. Afortunadamente todavía tenía una vela.
Algo me rozó el pie y grite automáticamente. El grito vino acompañado de un pequeño salto que hizo que tirara del candelabro hacia abajo. Escuché un sonido de mecanismo y "¡Ta tan!" un pasadizo secreto se abrió.
'Típico,' pensé aburrida. Al parecer, no hay mansiones viejas sin pasadizos. Tomé un pedazo dañado del candelabro para iluminar el camino y entré sin pensarlo. Porque si llego a tener tiempo de pensarlo, nada en el mundo me haría entrar allí. Tenía casi todo lo que odio. Era sucio, oscuro, con arañas, viejo, extraño y en este país, que curiosamente no aparece en muchos mapas, aunque eso no viene al caso.
Mi mano se movió y me oí a mi misma decir algo extraño. El pasillo se iluminó completamente. Toda y cada una de las velas que había dentro de el estaban encendidas.
Stella apareció frente de mí. Esta vez, no estaba reflejada en un espejo, sino, que parecía normal a acepción de sus ropas, que no tenían nada que ver con este siglo. Me tome tiempo para estudiarla con la mirada. Su pelo era de un color singular, se puede describir como una mezcla de anaranjado claro con una pizca de rosado. Su pelo combinaban casi perfectamente con sus ojos verde azulados, que se podían comparar al color de un mar lleno de algas. Finalmente, su rostro, era delicado y delgado. Apostaría que fue muy popular en su tiempo. Observándola más de cerca pude ver a través de ella.
'Era verdad que era un fantasma.'
Seguí caminando, al final del pasillo me encontré con una puerta, y un pedestal con un libro enorme en él. El pedestal era hermoso. Parecía hecho de cristal y tenía bonitos símbolos grabados.
"Tina lo has conseguido. Pensé que te tomarías más tiempo. Ese de allí es mi libro," - ella apuntó hacia el pedestal. "Deberás de aprenderte todos los hechizos. No puedo poseerte cada vez que algo pase, me tomará mucha energía y es muy arriesgado. Esperemos que puedas usar magia. Hay una habitación más adelante en este pasillo que yo usaba cuando vivía aquí." - El libro se abrió. "Restaurará la habitación con este conjuro y podrás dormir en ella,"dice Stella.
"Creí que vivías en un castillo. ¿No habías dicho que eras una reina?" pregunto un poco sospechosa.
"Si, pero todas la princesas de mi familia vivían aquí antes de tener edad para casarse. Después de casarse iban a vivir al castillo con sus esposos," ella explica.
"¿Entonces se quedaban aquí aisladas del resto de la familia hasta que se casaban?" Eso era triste.
"En efecto. Esta residencia era una parte fundamental en la educación de las princesas de de la familia Cristwood. Por ende sólo las princesas tenían acceso a su interior.
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La Princesa Dragón
FantasyTina es una muchacha como otra cualquiera pero cuando sus padres adoptivos se mudan a su país de origen infestado de leyendas de dragones su vida cambia. Ahora, enredada en un nuevo mundo gracias al misterioso fantasma de la última reina dragón, Tin...