Capítulo 3 Parte 2: El Clan Agua. La Familia Merlor

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Capítulo 3 Parte 2: El Clan Agua. La Familia Merlor

En el camino a la ciudad de agua Stella evadió el tema de irme a casa todo lo que pudo. De hecho después de intentar el tema fingió quedarse dormida en el collar y no daba señales de vida. Me pareció un poco extraño aunque me olvidé de ello por el momento y me concentré en lo que tenía que hacer, así sería mucho más rápido mi regreso.

La ciudad custodiada por la familia Merlor se encontraba debajo de un enorme lago.

'¿Cómo las personas pueden respirar allí abajo? Mejor dicho: ¡¿Cómo yo voy a respirar allí?' Respire hondo y lo dejé pasar. Stella seguro tenía una idea.

"Dairon ayúdame a búscalo la imagen del dragón de agua, please," le dije a la nueva adquisición de nuestro equipó.

Al ser rodeados por los guardias en la ciudad Dairon me pregunta horrorizado "¿Ahora qué hacemos?"

"¡Esperar!"- Exclaman Reid y Yulia a una sola voz, que de manera inesperada me hizo reír.

Después de un rato en prisión me interrogaron. Stella hablo con el líder y me dirigieron al templo a hacer la prueba. Para mí lo único que cambiaba era nuestro número y la edificación de las ciudades. Hasta ahora mi preferida era esta. Está separada del agua del lago por una pared muy fina de un material extraño. Las paredes de las casas eran azules y la sombra del agua en la ciudad daba una sensación de inmensa tranquilidad. No me molestaría vivir aquí.

Esta vez la pregunta era: ¿Por qué no se puede atrapar el agua tan fácilmente? Creo que como en las anteriores pruebas los Merlor espera una explicación filosófica de lo que me transmitía el agua. Me concentre en un estaque que había en frente de mi. Primero sentí las ondas y después sentí la vida de cada pequeña criatura que allí habitaba.

En medio de la prueba a Reid se le calló una banda con un abstracto signo de fuego. La atmósfera comenzaba a ponerse tensa. Yo, para desviar la atención de los presentes hablé. "¡Ya sé porque! Cuando la atrapo con las manos siempre busca un hueco por donde escapar. Ella quiere ser libre quiere estar en movimiento y formar parte del ciclo sin fin. El agua es necesaria no debe estar estancada ni dejarse atrapar tan fácilmente."

Los caras de pez y otras extrañas criaturas presentes me miraban como diciendo ''niña en estos momentos a nadie le importa lo que tienes que decir.'' Por suerte el Señor Merlor intervino apoyando mi respuesta; me condujo hacia el centro de entrenamiento mientras hablaba de su hijo Eduardo. Me lo imagine como uno de esos desagradables caras de pez.

Él estaba de espaldas practicando ataques de agua con otra persona (o cosa) y cuando su padre lo llamo se viró hacia nosotros. En ese momento quedé cautivada por esos lindos ojos azules.

De camino hacia los dormitorios todos miraban hostiles a Reid. El Señor Merlor lo llamó a parte. Yo sabía que algo andaba mal desde el principio así que los seguí cuidadosamente.

"¿Tú eres de la...?" -preguntó el Señor Merlor.

"Eeeeh... Tal vez." - responde Reid.

"¡Insolente! ¿Con qué derecho se atreve a formar parte del grupo elegido?"

"Pregúntale a la Prilon. Ella misma me pidió que la acompañara. Seguramente no sabía de los planes que tenían ustedes en mente. ¿Tiene algo más que añadir señor?" Cada vez que Reíd se dirigía a el Señor Merlor su tono era hostil.

"No... Si, puede irse."

Me apresure a salir de allí tan rápido como pude pero alguien me tomó por el brazo.

"¿Fue interesante la conversación?" - Reid me pregunta, sin embargo no me deja responder "Vamos a los dormitorios, ya es tarde."

"¿A qué conversación te refieres?" -digo tratando de enmascarar que había escuchado.

La expresión de Reid cambio por un momento como si se suavizara y después volvió a repetir: "Vamos, se hace tarde."

Caminamos silenciosamente por el corredor hacia los dormitorios. Ninguno decía nada. Antes de dividirnos en direcciones opuestas lo miré.

"Reid..." - él se boleto hacia mí. "Puedes decirme lo que querías sin importar nada. De todas formas yo no pertenezco aquí, no puedo juzgarte. Cuando lo consideres correcto, claro. Hasta entonces yo esperare. Así que no le hagas caso..."- sonreí marchándome sin mira su cara.

Me apresuré a mi habitación, no quería que nadie viera mis cachetes enrojecidos. No debí haber dicho nada, pero las miradas que recibía hicieron que él me recordara a mí misma.

Moviendo la cabeza sacudí los pensamientos compasivos. Esto no cambiaba nada en mi venganza.


La Princesa DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora