Capitulo 1

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En un lejano reino existía un príncipe de hermosos ojos azules, de cabello dorado y con un espíritu que demandaba aventura y libertad cosa que no podía conseguir dentro del castillo y ese era uno de esos dias donde el príncipe se había escapado para dar a su espíritu lo que demandaba, pero lamentablemente al llegar al castillo se encontró con una no muy grata sorpresa.


- Príncipe cuanto me alegra que este de vuelta.- le había dicho aquel chico de ojos azules y cabello rubio pero mas largo que el del príncipe y que era el que se había encargado de el cuando era pequeño.

Tranquilo Francis, cual es la prisa.- inquirió de manera tranquila el príncipe.

Su padre me ha solicitado que lo lleve de inmediato al jardín donde tendra una charla con el.- le dijo el chico de manera alterada ya que lo llevaba buscando desde hace 3 horas y el rey lo mataria si no aparecía.

Pero al joven príncipe eso no le preocupaba, asi que de manera alegre y campante fue a donde se encontraba su padre y ahí fue donde su dia había empeorado por completo, al ver Alfred que venia con otros reyes una jovencita que aparentaba haber cumplido los 17 años, aunque no era de edad tan joven como lo aparentaba su cara por lo cual Alfred se disponía a volver por donde había entrado mas su madre lo detuvo.

A donde crees que vas Alfred?.- le había dicho su madre con voz autoritaria, Alfred se había quedado estático un momento en la puerta para después girarse e irse a sentar al lado de su madre.

Bien, ya que llegaste Alfred, imagino que ya has de saber para que te llamamos.- dijo el padre de Alfred y rey de aquel lugar., Alfred ante la situación se sentía demasiado incomodo así que se limito a no contestar.

La señorita aquí presente ha venido a visitarte desde nuestro reino vecino, se amable con ella y vayan al jardín mientras nosotros atendemos otros asuntos.- hablo de nuevo el rey dirigiéndose a su hijo y a la joven.

E-esta bien.- dijo Alfred dudando un poco lo cual a sus padres no les agrado mucho porque lo que mas les importaba era el unirlos en matrimonio.

Alfred salio por la puerta de aquella habitación seguido de la chica, de repente se miraban de reojo pero ambos estaban tan nerviosos que no se dirigían la palabra. Al llegar al jardín estuvieron caminando por un rato hasta que Alfred hablo con ella ir primera vez.

Y como te llamas? De segura has de conocer mi nombre no lo han parado de repetir todo el dia.- dijo de manera alegre para que la chica no se sintiera incomoda al estar cerca de él.

Me llamo Alice.- dijo algo tímida pero aun asi se notaba la seguridad en su voz.

Que lindo nombre.- dijo Alfred, la verdad no se le ocurría que más decir por lo que continuaron caminando en silencio hasta que la chica habló.

Que hermoso jardín tienes.- le dijo Alice con un tono de emoción en su voz.

Gracias la verdad me gusta mucho pasar el tiempo aqui.- decía el joven príncipe.

Me encantan las rosas blancas que tiene.- había dicho Alice tocando una de estas que estaba próxima a ella.

Puedes quedártela.- dijo Alfred arrancando la flor con cuidado y quitándole las espinas de manera que no se dañara la flor y se la entregó a Alice.

Gracias.- le dijo Alice tomando la flor y apreciando su aroma, al principio ella creía que Alfred seria un chico arrogante y muy orgulloso por el hecho de ser el príncipe de un prospero reino pero se dio cuenta de que era alguien sumamente amable y atento, cosa que había agradado en gran manera a Alice.

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