- ¡Papá!
Bien, tal parece que nos perdimos en algo. ¡Claro!, los ojos, el parecido físico (Apenas notable, pero presente), el hecho de que su padre era maestro... Su acento... ¡¿Cómo demonios no te diste cuenta antes?!, lo único que querías en este momento era darte una fuerte palmada en el rostro. Cronus lo abrazó fuertemente mientras sonreía, Dualscar llevó su mano a la cabeza del chico y la acarició suavemente, no parecía un mal padre; no sentiste miedo hasta que su mirada se dirigió hacia ti.
- ¿A qué se debe encontrarte haciéndole compañía a mi hijo... Eh, ___? - Al fin se atrevió a dirigirte la palabra.
Te atontaste por un momento, como siempre pasaba cuando te sentías intimidada (lo cual pasaba la mayoría del tiempo, quisieras o no). Tan sólo era decir las cosas como se habian dado, ni que te hayas querido robar al pequeño.
- Sí, soy ___... Estaba saliendo de asesorías cuando me topé con su hijo y decidí hacerle compañía mientras esperaba a su padre... No sabía que era usted. - Te explicaste, sonreíste un poco con la intención de parecer más confiable, pero te fuiste para otro lado al escapar de su púrpura mirada.
- ¡Yep!, tardaste más de lo que dijiste, papá - Le reclamó Cronus, formando una pequeña mueca de disgusto.
- Lo lamento, tuve que revisar unos cuantos papeles más... - Pasó el portafolio que llevaba en la mano hacia la otra, para luego observarte nuevamente, aunque esta vez de una manera más calmada - Bueno, gracias por vigilarlo entonces.
- No hay de qué, es un buen niño... - Respondiste, ya más aliviada por haber (de alguna manera) aclarado las cosas. Dirigiste la mirada hacia Cronus y le sonreíste suavemente, sinceramente te había alegrado conocerlo.
Luego de eso no pasó mucho, cabe aclarar; volviste a tu casa con un retraso que no pasó para nada desapercibido por tu madre, quien te atacó con una infinidad de preguntas, como siempre hacia.
"Exagera".
Pensabas, pero como si ella te leyera los pensamientos, siempre contestaba con un infalible:
"Cuando tengas hijos, entenderás".
¿Hijos?, no para ti.
No te imaginabas caminando por algún lugar tomada de la mano con un pequeño o con una pequeña, tampoco te imaginabas caminando por las calles con un enorme vientre, cambiando pañales, ordenando juguetes o si quiera despierta a las dos de la mañana un miércoles dándole el biberón a un bebé... Definitivamente no te imaginabas con un hijo.
Esa misma tarde te la pasaste leyendo en tu celular de manera despreocupada, te sentías preparada para el parcial del día siguiente ya que por alguna extraña razón se te daba bien en esa materia; tú madre estuvo insistiendo para que tomes tu libro de matemáticas y te pusieras a repasar más, pero... Seamos sinceros, ¿dejarías tu lectura hasta aquí para torturarte practicando temas que se te complican?... Mejor esperabas hasta el día siguiente, tu maestro de asesorías seguro te lo explicaba mejor.~♡~☆~♡~☆~♡~☆~♡~☆~
Como lo presentías, el examen que presentaste fue pan comido; tanto así que saliste media hora después de haber empezado y aprovechaste para ir directo a asesorías (en donde te quedaste esperando una hora a tu maestro, ya que élni siquiera había llegado, listilla).
¿Cuánto fue? ¿unas tres, cuatro horas?... Bueno, eso no importaba, lo que sí importa mencionar fue que cuando saliste del departamento de asesorías seguías de la misma manera de como habías entrado. Chica, en verdad que eres un desastre para esa materia. Suspiraste y pasaste una mano por tu cabeza, peinando los rebeldes cabellos que se dejaban llevar por el viento frío de enero.
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Teaching you
Roman d'amourEn ese momento, descubriste que después de la secundaria seguía lo peor. ¿Dolió cuando tu burbuja explotó?