Capítulo 4

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Espero que disfruten del capítulo.
Un beso.

Capítulo 4

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«No sigas más, que te vas a arrepentir...Déjalo atrás lo que vayas a decir...
Y no quiero pelear más...La razón no importa ya... Y así me doy cuenta, me doy cuenta.»

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-Mamá. - entró a la habitación de su madre desesperado y con lágrimas en los ojos.

- ¿Qué sucede?

-Quiero ver a Tom. Mamá, ¿Dónde está Tom? - preguntó llorando.

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Estaban celebrando la mayoría de edad de Bill y Tom, a regañadientas, cumplió el deseo de su novio de que fuera en un club famoso de la ciudad. No era que no le gustaran las fiestas, solo que últimamente el pelinegro estaba muy aventurero, por decirlo de cierta forma, y bebía cualquier cosa que le pusieran en frente, bailaba con cualquiera que lo propusiera cuando Tom no quería hacerlo, y todo eso ante la cara de un celoso y reprobatorio trenzado, quien simplemente recibía un apasionado beso para asegurarle que era solo de él, una excusa de que era su culpa por no querer bailar y, como ultima arma, un sugerente movimiento sobre su regazo con el claro mensaje de que más tarde la pasarían bien.

Sin embargo, ese día fue la excepción. No eran bien las seis de la tarde cuando Bill y Andreas ya bebían de forma clandestina una de las botellas de vodka de la casa del platinado y, para la hora de ir al club, ya había pasado al menos una resaca.

-Por favor, contrólense en el club. - les pidió Tom, cuando los chicos se subieron a su Audi.

-No empieces cariño, hoy quiero divertirme. - dijo Bill, besando castamente a su novio.

Al llegar se reunieron con sus amigos y definitivamente el celebrado no acató a lo que le pidió el trenzado.

Bebida tras bebida, y Tom salió dos horas antes del amanecer con un Bill sumamente mareado.

Llamó a Simone para mentirle, diciendo que Bill dormiría en casa de Andrea, y arrancó dejando a sus amigos en el club.

- ¿Estas molesto? - preguntó en un momento de lucidez.

-No. - contestó fríamente.

-Si lo estas. - hizo un puchero, removiéndose en su asiento. -Estaciona. - le pidió al trenzado cuando transitaban una calle poco concurrida.

- ¿Te sientes mal?

-No. - le sonrió. - Tengamos sexo.

- ¿Qué te hace pensar que quiero tener sexo en estos momentos?

-Tú siempre quieres. - cerró sus ojos unos momentos. - A toda hora...- susurró. - Sé que eso te contenta cuando estás enojado. - le sonrió.

Tom estacionó y miró desafiante a Bill.

- ¿En serio crees eso?

-Si...- cerró sus ojos sintiéndose tan cómodo como para dormir una siesta.

- ¿Nunca has pensado que es porque sencillamente no puedo pasar mucho tiempo enojado contigo? - cuestionó un poco desilusionado.

-Últimamente desconfías de mí... Y necesitas que te demuestre que soy tuyo. - suspiró. - Eres muy posesivo, Tomi.

-No puedo creer lo que estás diciendo. - fue lo que contestó y puso de nuevo el auto en marcha. No discutiría con Bill en ese estado.

- ¿Crees que esto funcione? - preguntó de pronto.

Vuelve (Bill X Tom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora