Han pasado exactamente dos semanas desde que me mudé desde Buenos Aires, Argentina a Nashville, Estados Unidos. Todo parece muy extraño y loco, aún no logro acostumbrarme del todo a este lugar, más cuando parece que todos mis años en un instituto de inglés no lograron servirme mucho. Bueno, al menos no aquí ya que lo que he estudiado durante la mitad de mi vida fue inglés británico y no estadounidense. Palabras como "jelly", acá son "jam" lo que vuelve todo muy confuso y estresante. Más cuando mi tía está parada delante mío, preguntando si quiero salsa de jamón en mi tostada. "¿Salsa de jamón?" repito mirándola extrañada, y ahí es cuando me doy cuenta que se refiere a la mermelada, y no al jamón. Pero, de a poco, estoy acostumbrándome a la idea de vivir en otro país, y en otro lugar diferente del que provengo... Al menos eso creo. Aún no he hablado con absolutamente nadie, más que con mis tíos. A decir verdad, siento que estoy dentro de una burbuja que amenaza con estallar cada que las cosas se ponen difíciles, es por eso mismo que hoy iré a algún lugar con mucha concurrencia, para forrar las paredes de mi burbuja con un recubrimiento endurecido.
Me siento nerviosa, siento esa clase de nervios turbios y emocionados que envían una oleada náuseas por mi garganta. Respiro hondo y me digo a mi misma que esto no será tan difícil como parece ser, caminar más allá del umbral de mi -nueva- casa es una completa odisea. Tal vez si no fuera tan tímida y tan miedosa ésto no sería para nada complicado, pero si lo soy. Mientras camino empiezo a sentir que realmente estoy en casa, y hay una pequeña parte en mí que cree que si camino lo suficientemente lejos, olvidaré dónde quedaba mi casa.
En mi oídos resonaba The Fox, The Crow And The Cookie de la banda MeWithoutYou lo que hacía el viaje mucho más ameno, para mí, la música simplemente era la solución a todos los problemas. Luego de caminar por quién sabe cuántos minutos, llegue a lo que se conoce como la calle principal. Habían muchos grupos de gente, lo que logró incrementar mis nervios. Me descolgué mis auriculares y comencé a caminar sin dirección alguna, mirando atentamente a cada uno de los carteles que se encontraban a mi alrededor.
Uno llamó mi atención, era un cartel un tanto grande para una tienda pequeña. El lugar se llamaba "Ziva Guitars" y estaba en la calle del frente. Miré hacía ambos costados, asegurándome que ningún vehículo estuviera listo para atropellarme y crucé de calle. Di unos pasos dentro del local y me sorprendí ante lo que veía. Era estrecho pero largo, como las casas adosadas que parecen pequeñas por fuera pero son grandes por dentro. Las paredes estaban llenas de guitarras, una tras otra. Era una buena combinación entre colores brillantes y tamaños que se contrastaba con la luz solar que se filtraba por las ventanas y el color beige de las mismas paredes. Hay varios clientes dentro del Ziva Guitars, pero no les prestó atención. Ahora mismo me encuentro examinando las guitarras como si supiera mucho del tema, cuando en verdad no tenía ni la más mínima idea de como tocar la nota la.
-- La Gibson Les Paul, es una buena opción. --dijo alguien detrás de mí.
Me di vuelta, un poco sorprendida, para ver a un joven apuntando a una de las guitarras que se encontraban sostenidas contra la pared. No podía decir si su cabello era negro o simplemente de un marrón muy oscuro. Su piel, en cambio, era blanca y parecía suave al tacto. Su nariz era graciosa, pero ahora mismo la describiría como tierna. Sus ojos eran almendrados, ubicados debajo de cejas un tanto gruesas. A comparación mía era bastante alto, lo que significaría que es de estatura media. Usaba una remera lisa blanda, sobre la misma un buzo con cremallera, y jeans ajustados.
Tarde me di cuenta que mi mirada se había detenido en él lo suficiente para desear que la tierra me tragara, dirigí mi mirada a la guitarra, sintiendo que mis mejillas se tornaban un poco rojas.
--¿Tú crees? --respondí sin dejar de mirar a la guitarra, tratando de actuar como si supiera de lo que estaba hablando.
--Absolutamente, es una de esas guitarras con las que simplemente no puedes tocar mal. --Dijo encogiéndose de hombros, un poco avergonzado de si mismo.