14.

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Saqué fuerzas desde el fondo de mi alma.

Tomé un cuchillo que se encontraba tirado en el buró que se encuentra al lado de la cama.

Sin que él se diera cuenta, aún con su miembro dentro de mí clavé el cuchillo en su espalda.

Por obvias razones sus gritos desesperados me hacían sentir aliviada.

No saqué su pene de mi.

Aún no.

Tengo que disfrutar el momento.

No estoy loca.

Estoy hambrienta de venganza.
Mataré a todos.

Y por último a mí.

El engendro.

Y repetí mi acto varias veces.

Metí y saqué el cuchillo de su espalda con la misma velocidad que el solía meter su pene en mí día con día.

Lo hice algunas 10 veces.

Él ya no gritaba.

Qué feliz me hace esto.

Me paré y sonó fuertemente un "clap" en mi vagina.

El se encontraba fuera de mi ahora.

Tiré su cuerpo sobre el piso de madera y le encaje el cuchillo en la garganta provocando que la sangre saliera por la asquerosa boca de mi padre.

Le di un beso.

Un suave beso de despedida.

Extrañaré su sexo.

Una risa psicópata sale de mi boca.

Esa no es mi voz.

Lo miré fijamente agonizar hasta que ya.

El ya no respiró, ahora no me dará más problemas.

Ni un segundo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora