17.

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Poco a poco cortaba en pene de papá.

Esta actividad es tan excitante.

Por primera vez me excito.

Y no por su pene, agh.

Si no por que ese pene ya no me hará daño nunca.

Nunca.

Me volví hacia con mi madre.

Ella aun se encontraba agonizando.

Tomé una cuchara de la mesa.

Y la introduje en su ojo derecho.
Un crujido bastante fuerte se apoderó de mis tímpanos.
Hasta que por fin botó.

Botó cual canica.

Qué bello y memorable momento.

Después el izquierdo.

Se lo merecía.

Tome los ojos de mamá y el pene de papá y lo guardé en mi mochila del colegio.

Eché cal sobre sus cadáveres para evitar pestes.

No quiero que nadie se dé cuenta por lo menos hasta dentro de una semana.

Calculo que en ese tiempo ya se me habrá ocurrido algo para termine con todos los del colegio.

Ni un segundo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora