19.

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A tan solo unas pocas calles de llegar se me acercó Peter como todos los días esta vez si le sonreí.

Ewk.

-Ho...hola.- Tenía miedo, lo noté.
-Hola.- Contesté fríamente.

El ya no contesto.
Ni yo tampoco entablé una conversación.

Caminamos juntos al colegio.

Este día no empezó tan mal.

Cuando nos encontrábamos a tan solo unos pasos de entrar él me dio una hoja y lo único que dijo al respecto fue:

-Por favor no lo leas hasta hoy antes de dormir.-

Y salió corriendo.

Corrió despavorido.

¿A qué se deberá esto?

Entré al salón.
Me senté al rincón.
Peter no estaba.

¿Qué ocurre?
¿Peter a dónde te has metido?

No soporto estar en clases sin la presencia de él.

Siempre he estado enamorada de él.
Y sí jamás le contesté cuando el me hablaba hasta hoy.

Ya puedo matar a todos y a mi misma en paz.

No hay nada que me impida hacerlo ya crucé palabras con el chico de mis sueños.
Ya maté mis dos grandes fuentes de dolor.

Ya sólo faltan los de mi salón. Y el maestro.

Ya no falta tanto. Cada vez estoy más cerca del éxito.

Peter no llega, el día ya va casi a la mitad.

Debo aprovechar su ausencia para matar a todos los que están aquí.
Pero, ¿cómo?

¿Cómo lo hago?

Me levanté de mi asiento y salí del aula sin mirar atrás. El maestro me regañaba, creo. Pero eso era lo que menos me interesaba en ese momento. Peter necesito tu presencia.

Ni un segundo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora