Texto 9.

32 1 0
                                    

Hoy, 14 de octubre, un mes desde que te deje marchar y te fuiste, tan rápido que no me dio tiempo ni a reaccionar. No te lo voy a negar, estar sin ti se me hizo raro la primera semana, y seguramente la segunda también, pero lo que sí es verdad, es, que con tantas idas y venidas, una de las cosas que he aprendido y a la que me he acostumbrado, es a estar sin ti.
Lo raro sería que no lo estuviese.
La tonta soy yo, por pensar que esto realmente iba a funcionar.
Mentiría si dijese que por un momento no funcionó, y que lo que tuvimos nunca ha existido.
Porque aunque haya sido breve, tú y yo tuvimos una historia.
Me aferré a ti como nunca lo había hecho con nadie, y tú no lo supiste valorar.
Claramente, si no lo hiciste en su debido momento, no lo ibas a hacer esta vez.
El problema es que yo estaba tan ciega, que no me daba cuenta de nada, hasta que el daño que me hacías se iba haciendo cada vez más grande, y en ese momento fue cuando poco a poco empecé a abrir los ojos. O de golpe. Y me alegro mucho de haberlo hecho porque, ¿quién soy yo para atarte a mi?

cartas al vacío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora