Capítulo 1

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Me dirigí al baño, apunto de cepillarme los dientes, levante la vista al espejo y allí estaba yo, con unas ojeras del infierno, y los ojos inyectados en sangre, el cabello alborotado, lo normal, sonreí. Cuando termine de cepillarme, y medio arreglar mi cabello con los dedos, me acerque a la cama y me recosté, cerrando los ojos lentamente.

-Mmmm-escuche a alguien retorciéndose en el suelo del otro lado de la cama

-¿Qué diablos haces ahí?-reí por lo bajo

-al parecer me caí-la escuche reír como tonta

-ya veo-dije tomando fuerzas para levantarme-tenemos que irnos-dije acercándome a mi amiga y jalando de su brazo

-¡Mierda! Tus ojos-dijo mientras se ponía de pie torpemente

-Tengo una resaca de la madre-dije poniendo mi maleta negra al borde de la cama

-no se vale, te divertiste más que yo esta vez.

-No es cierto... ¿Quién se lo llevo a la cama?-sonreí, ella junto las cejas.

-¿yo?-se señaló a sí misma, ella parecía más la drogada que yo

-yo estaba muy ocupada con los tragos, y tu aprovechaste-dije sonriéndole

-ya recuerdo- salto una carcajada- no deje que entrara a la habitación conmigo- bajo la voz, mientras arreglaba las sabanas.

La mire extrañada

-Entonces... ¿dónde lo hiciste?

-en su auto, luego me trajo aquí-rio- a ti ¿Quién te trajo? Estabas muy borracha como para venirte-acomodamos las almohadas y empezamos a limpiar el desorden que hicimos

-no sé, creo que con un grupo de chicas con el mismo estado-no le tome importancia

-¿Qué hora es?-pregunto cambiando de tema

-10 para las 8-dije viendo la pantalla de mi celular, es un milagro que no lo haya perdido

-ya nos tenemos que ir-hizo una mueca-¿no dejamos nada?-dijo acercándose a la puerta

-no...-le di una mirada rápida a la habitación-aquí no pasó nada-dije saliendo detrás de mi amiga

Salimos del hotel, y nos dirigimos con nuestras maletas, a la parada, pagamos nuestros pasajes, y nos preparamos para estar 4 malditas horas de viaje, de Valencia hasta llegar a Barcelona, donde nos instalaríamos en un apartamento

En el bus, no habían asientos, así que nos quedamos paradas, totalmente aburridas, hasta que subió un chico de cabello rizado, muy bien parecido, que se quedó parado frente a nosotras, creo que todos allí se dieron cuenta, que ambas nos lo comíamos con la mirada, pero nos daba igual. Hasta que lo volteo, y le sonreímos, y él nos sonrió de vuelta. Lo estuvimos rozando con los dedos en todo el trayecto, jugábamos con sus pequeños rizos, hasta ponerlo totalmente incómodo.

-disculpa, ¿te estamos incomodando?-sonreí mirándolo a los ojos

-ehm...s-i...digo No....-contesto claramente nervioso, trago saliva

-¿Cómo te llamas?-pregunto mi amiga

-Ale- Alejandro-contesto sonriendo nerviosamente- ¿ustedes?-pregunto mirándonos a cada una

-Alexis...-le susurro mi amiga al oído haciéndolo estremecer

-Skyler....-dije pasando mis dedos lentamente por su descubierto brazo

Las personas nos miraban discretamente, pensando ¿estas niñas que diablos?...están en público, bla bla bla. Obviamente nos da igual.

El bus paro, nuestra señal, ya teníamos que bajarnos.

-que lastima...-sonrió Alexis- adiós-se despidió no sin antes darle un beso en la comisura de sus labios.

-adiós Alejandro-dije y antes de pasarlo le di una palmada en el trasero, haciéndolo ruborizar

Salimos del bus, y nos quedamos esperando el otro, riéndonos como estúpidas. Por lo que hemos visto ahora que salimos de ese internado, los hombres creen que son los únicos que pueden lograr que una chica se ruborice, y poniéndolas en momentos incómodos, están en lo incorrecto, nosotras hacemos esto a diario, ellos son tan vulnerables como nosotras, o aún más.

Subimos al siguiente bus, esta vez no subió nadie que nos llamara la atención, se fueron desocupando lugares, dándonos espacio para sentarnos. Al fin llegamos a la dichosa ciudad de Barcelona. Dejamos de lado nuestro instinto acosador, para poder buscar con calma, los apartamentos los cuales habíamos solicitado ya, tuvimos que preguntar a varias personas, antes de llegar.

Eran un gran edificio, era nuevo, totalmente moderno, las paredes eran de vidrio, los colores eran de un azul llamativo, lo mejor de todo es que estaba a la vuelta de la universidad. Arreglamos lo que teníamos que arreglar en la recepción, y nos dieron las llaves de nuestra habitación, estábamos en el tercer piso, nuestra habitación era una de las últimas, no teníamos ningún problema con eso.

Las paredes eran de un azul-gris, con partes blancas, lo primero que se veía al entrar era escritorio doble, con cuatro gabinetes del mismo todo de azul que el de las paredes, separando las dos sillas giratorias negras, dos estantes de metal, pintados de blanco, al lado estaba el armario y detrás de la puerta principal estaban dos camas individuales separadas por un pequeño mueble de dos gabinetes que incluía una nevera. Del otro lado de la puerta, estaba la no muy pequeña pero tampoco muy grande cocina con gabinetes blancos, enfrente estaba una pequeña mesa de metal azul. Al lado estaba la puerta que dirigía al baño y regadera. Había una pantalla plana frente a las camas, había algo de comida, olía muy bien. Era un lugar acogedor, y creo que el precio era justo.

Desempacamos nuestras cosas, después de eso, nos quedamos en nuestras respectivas camas, viendo televisión, estaba muy cansada, aún no había recuperado las fuerzas que perdí ayer por la noche, ya no aguantaba la cabeza, decidí tomarme una siesta.

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-Holaa!! Bueno me presento con este capitulo, espero que les haya gustado, algo corto, pero es solo el principio!!!

-Yo como mi querida amiga rara les dijo, soy Droguitas :3

-Está idea se nos ocurrió a ambas, y pues esperamos que les guste tanto como nosotras estamos disfrutando escribiendo.

-Esperen por el siguiente capitulo!

Se despide Droguitas :3


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