Cuando llegan al pequeño cuarto que hace la labor de bodega, Edward, que va detrás de ella, toma su cadera y la acerca a él, empieza a besar y lamer su cuello cadenciosamente, Bella mueve un poco su cabeza para darle mejor acceso, vuelven a besarse con la misma pasión y la misma cadencia que hace unos segundos. Arrastra su mano por el cuerpo de ella, llega hasta su pecho izquierdo el cual aprieta sobre la ropa, arrancando un gemido de Bella y eso lo calienta más, así que sosteniéndola contra la pared acerca su miembro a las nalgas de ella, haciéndole notar lo mucho que la desea, sin embargo necesita más, mucho más, ambos necesitan más; por lo que desciende su mano hasta la cinturilla del pantalón de la chica y tira de su camisa para sacarla, en cuanto consigue su objetivo logra tocar la piel tersa de su abdomen, sin embargo no se queda solo con eso, se desliza suavemente hasta llegar a sus pechos, los cuales aprieta y estruja a placer, bajando la copa del sostén llega al pezón que ya está erguido, así que tira de él fuerte pero deliciosamente, haciéndola suspirar, voltear la cabeza y busca sus labios. Con su otra mano desabrocha el pantalón de la chica y la introduce suavemente para encontrarla húmeda, pasa sus dedos de arriba abajo por sus labios íntimos, abriéndolos un poco hasta encontrar su entrada e introducir un dedo, en cuanto ese dedo lujurioso y aventurero entra en ella es el paraíso, ahora ella se pregunta por qué coño ha dejado de desear esto. Él empieza una tortura con su dedo: dentro, fuera, y moviéndolo en círculos, luego introduce otro más para prepararla mientras su palma roza su clítoris siguiendo los movimientos de su dedo, es maravilloso para Edward poder sentir su calor y su humedad empapando su mano.
No pudiendo aguantar más le da la vuelta, sin dejar sus labios por mucho tiempo y con el firme propósito de desnudarla, pero en cuanto su mano abandona la abertura de la chica la escucha suspirar en protesta, esto lo hace sonreír y morder su labio inferior, haciéndola abrir los ojos.
-Tranquila, pequeña, solo quiero probar algo, te aseguro que no me iré de aquí hasta terminar mi trabajo, nunca dejo nada a medias. -Esta promesa dicha en tono bajo y ronco le manda un latigazo de deseo por todo su cuerpo, se pierde en esa hermosa mirada verde y no puede apartar sus ojos de los suyos. Él levanta la mano que hace un momento estaba jugando con su lugar más íntimo y privado, y se lleva los dedos a los labios, sin apartar aún los ojos de los de la chica saca su lengua y los saborea, y es en ese preciso momento en el que pierden el contacto visual, ya que Edward no puede impedir que los suyos se cierren al probar los jugos de la chica. Alguna vez había imaginado tocar esos pechos y ese cabello fue lo primero que le llamó la atención de ella, pero era solo una fantasía, nunca se imaginó llegar a tanto, y ahora probar su sabor lo lleva a un placer absoluto sin tan siquiera haber sacado su pene de los pantalones-. Deliciosa -susurra ronco-. ¿Quieres probarte, pequeña? ¿Quieres saber lo rico que sabe tu coño?
Bella asiente con la cabeza, nunca lo ha hecho, pero tampoco nunca ha dejado que un desconocido la toque de ese modo, entonces, ¿por qué no? Edward lleva su mano de nuevo a su intimidad y pasa sus dedos arriba y abajo recopilando sus jugos, los lleva a sus labios y cuando la ve chuparlos, suelta unos gruñidos sexys.
Bella siente que esa cerilla que se encendió con el primer beso ya es una llama bien consolidada en su interior, el verle chuparse los dedos y luego hacerlo ella, lanza una descarga que pasa por todo su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, lo que hace que instintivamente cierre las piernas y frote sus muslos para crear un poco de fricción, este movimiento llama la atención de Edward que inmediatamente levanta los párpados y fija su mirada verde en la castaña, tiene las pupilas dilatadas por el deseo, sin más la arrastra hacia él, comienza un nuevo beso aún mas apasionado y necesitado que el anterior, empieza a despojarla de su ropa de manera rápida y precisa, es tan eficaz en su tarea que en cuestión de segundos Bella está completamente desnuda enfrente suyo.
Inmediatamente baja su cabeza hasta una de sus rosadas crestas e introduce el pezón en su boca, ninguno de los dos puede evitar gemir, mientras que con su mano izquierda amasa el otro seno con la derecha desabrocha sus vaqueros y los baja hasta que su erección queda libre. Bella tiene aún sus manos en su cuello y tira del cabello de esa zona, está totalmente perdida, ella desea tocarlo tal y como él la toca, sin embargo nunca ha tenido mucho interés en esto anteriormente, por lo que no sabe cómo actuar en realidad, entonces permite que el cobrizo siga al mando de la situación. Como si Edward le estuviese leyendo la mente, alza la mano que tenía trabajando en sus pantalones hasta su cuello, coge la de ella y la lleva hasta su pene totalmente erecto que reclama atención, en cuanto Bella entiende lo que él desea empieza ese movimiento de vaivén lento pero sin interrupción. El deseo prontamente se vuelve desespero, un tormento por conseguir algo que hace tiempo no obtiene, que no recuerda ansiar tanto, ese desespero, esa ansia la consume, no puede parar de retorcerse, gemir, besar, tocar y suspirar, está ardiendo por dentro y cree que en cualquier momento va a explotar, pero aún necesita más o se consumirá.
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La Rutina
FanfictionBella estaba cansada de su monótona vida, la rutina la estaba agobiando poco a poco, pero la vida le tenía preparado un cambio que no se esperaba. ¿Puede una sola noche cambiar tu vida para siempre? OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE Identificador:...