Cayendo // Justin Bieber

Capitulo 3

Subí a su auto y me senté en el asiento de co—piloto, puse los pies sobre el salpicadero y encendí la radio. Justin ni siquiera se molesto en decir que los bajara de ahí, solo bufo y suspiro fuerte para que lo escuchara. Pero con eso no conseguiría nada.

— ¿Y que tal la última gira?

— Fue asombroso, me hubiese gustado que fueras conmigo.

— A mi igual — dije haciendo un puchero — Pero ... ¿puedo ir a la próxima?

— El disco ni siquiera esta grabado ..

— ¿No? — dije girándome para observarlo directamente — Eso quiere decir que te iras pronto ..

— Si — dijo haciendo una mueca — Pero te tengo una propuesta ..

— ¿Cuál? — dije frunciendo el ceño.

— Ven conmigo a Atlanta. Mira, los he extrañado mucho y quiero que vayas. Ryan siempre me visita .. pero tu, nunca puedes.

— Te recuerdo que pasaste este ultimo mes de gira en Latinoamerica y antes estabas grabando tu otro disco. ¿Cuando querías que te fuera a ver?

— Bueno, bueno es culpa mía... ¿Pero que dices? ¿Vienes conmigo o no?

— Obvio que si.

— ¿Te darán permiso?

— ¿Lo he necesitado alguna vez?

— No, pero siempre los ocupas como excusas Hattie_.

— Es mejor eso a romperte el corazón y decirte que no quiero.

— ¿Te das cuenta que ahora no podrás usar más esos pretextos?

— Da igual, puedo inventar otros. Eres tan inocente — dije pellizcando su mejilla. Solo alejo su rostro y sonrió. — Y .. ¿a que vamos?

— Tengo que hablar algo importante con ella .. — dijo usando un tono que no dejaba dudas. Justin si que era transparente.

— ¿Importante? ¿Terminaras con ella? — solo me fulmino con la mirada y la desvió — Espera! Me llevas a su casa cuando terminaras con ella! Cobarde.

— Las cosas no están funcionando .. Y además a mi me gusta alguien más.

— Detente! Quiero un helado — dije completamente nerviosa, estaba a segundos de que me rompiera el corazón otra vez o dijera que yo también le gustaba, algo completamente improbable, pero por la forma en que me estaba mirando, no podía descifrar nada. Su mirada era tan confusa como una tormenta. Incluso podría ocurrir un milagro como ese.

— ¿Un helado? Ya tienes 16 deberías saber cuando es el momento para pedir uno, este no lo es — dijo sin detenerse en la heladería y avanzando en las calles de Stratford. — Necesito hablar de esto contigo. Eres mi mejor amiga, y nadie más me entenderá como tú. Te necesito Hattie — dijo entrelazando su mano con la mía y conduciendo solo con la otra. Fije mi vista en nuestras manos unidas y cerré los ojos. De seguro iba a pasar lo mismo cuando me confeso que le gustaba a Caitlin.

— ¿Quien es ella? — dije sin mirarlo a los ojos.

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