Cap. 29 "Ay Dios. Esto va a suceder"

3.5K 231 145
                                    


-¿Tienes todo listo?-le preguntó cómo por quita vez a Jodie.

-¡Qué sí, tonta!- se queja-. Ya vete a tu trabajo, vas a llegar tarde y has faltado mucho ya. Mi taxi llega en un momento.-me cuenta.

El pensar que la casa será para mí sola, es algo raro. No estoy acostumbrada a dormir sola en un lugar, partiendo porque le temo a la oscuridad. Es un trauma que tengo desde chica, junto a Rubén. Una vez, de niños, el padrino nos llevó a acampar en un bosque apartado de la civilización y nos contó una historia de terror. No me acuerdo muy bien, pero sé que decía que un espíritu llegaba por la noche a llevarse las almas de niños indefensos... Sí, mi madre lo retó bastante.

-Bueno, disfruta tu viaje.-voy al sofá a buscar mi mochila-.y que no se te olvide traerme un regalo.-me la colocó sobre los hombros.

-Humildad delante de todo. Ya, vete, no te quiero ver más.-dice dramáticamente.

-Chao.-me acerco a ella y le doy un beso en la cabeza.

Da risa que sea más alta que ella.

-Chao.

Camino hasta la puerta para poder irme.

-¡Espera! Se me olvidó decirte que...-me doy vuelta a verla-... No me tan tanto ruido... Tú y Vegetta.-me mira con cara de pervertida.

Ruedo los ojos.

-Cállate.-salgo por la puerta, y antes de cerrarla, escucho sus carcajadas.

***

-Y... ¿Quedaron las hoy?-me pregunta Jessica mientras dobla las prendas y las coloca en un montón.

-No hemos quedado en nada aún, solo en que va a venir.-me encojo de hombros.

-Mm... -se apoya en la mesa- quizás te lleve a una cita romántica.

-No, eso no. Quedamos en que saldremos a divertirnos un rato.

-Divertirse... ¿De qué manera?-dice con tono y vas de pervertida, apoyando las manos sobre el montón de ropa.

Se me hace inevitable colocarme un tanto roja.

¿Qué todos quieren que nos acostemos? ¿Por qué tanta obsesión?

-De seguro iremos a un bar a bailar o algo, y luego vemos a mi casa. Puede que pase algo.-digo apoyándome en el mesón.

-Pero, ¿tú quieres que pase algo?-sigue doblando ropa.

-Claro que quiero que pase algo, es solo que... No se, estoy nerviosa.-admito.

-No me digas que eres virgen.-deja de nuevo de doblar la ropa.

-¡No! No, ¿quién es virgen a los 24 años?-se relaja y asiente.

-En eso tienes razón. Pero... ¿Nervios de qué? ¿De qué no quede satisfecho?

-Tal vez.-digo dudosa, encogiéndome de hombros.

Ella se ríe y toma el montón de ropa para llevarlo a los estantes.

Ya quiero que termine el día.

Luego de varias compras, es hora de mi partida. Pero aún no llega Vegetta. Así que ordenó decido ordenar un poco.

Cuando siento unas manos en mis ojos, haciendo que nodo se vuelva negro.

-¿Estás lista para la mejor tarde-noche de tu vida?-escucho la voz de Vegetta susurrarme en el oído, haciendo que automáticamente sonría.

Hermanos Doblas | Vegetta y tu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora