Capitulo 12

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Pasaron 2 meses desde que Daniel había terminado conmigo, cada vez me resignaba más y las personas que me ayudaban a salir de esa inmesa depresión, era mi Madre y Alejandro, siempre estaba ahí para sacarme una sonrisa, estábamos como a mediados de abril y era "semana santa".
Mi mamá no le tocaba descansar así que estaba en casa sola, hasta que llego Alejandro y me dijo.
-Nos vamos...
-¿nos vamos?, le pregunte.
-SI nos vamos de vacaciones, todo pagado, sonrió.
-Nos vamos a Guadalajara.
-¿Quién?
-Tú y yo, respondió.
-Estas loco, mi mamá jamás me dejaría.
-¿eso crees?, ¿adivina quien hablo ayer con ella?.
-¿enserio?.
-Si, ya hable

-Y dijo que estaba bien, con tal que te distrajeras un rato, ¿entonces vamos?.
-Pues vamos, pero seguro?.
-Claro, arréglate y haz tus maletas, que nos vamos esta misma noche, concluyo.

Ese día el se quedo mirando el televisor, en lo que yo preparaba mis maletas el traía una camioneta, ya con sus maletas preparadas, paso dos horas y mi Mamá me hablo.
-Bueno, hija?.
-Si mama, ¿Qué pasa?.
-¿A qué hora se van?.
-Supongo que en la noche.
-Ok, no creo alcanzarlos, yo llegare mañana, pero vete con cuidado y me hablan cuando lleguen, porfavor.
-Si Mamá sabes que lo hare.
-Te amo.
Igual yo ma.

Me fui a duchar, me puse unos Jeans como siempre, un sueter de flores y me hice un chongo, tome mis maletas y baje.
-Estoy lista, le dije a Alejandro, Pero el estaba dormido, no quise despertarlo, y me puse a preparar unos emparedados para el camino, sabía que Alejandro era muy tragón, y Sono mi teléfono, rápido fui a responder.
-¿Diga?.
-Sal de tu casa.
-¿Perdón?, ¿con quién quiere hablar?.
-Sal estoy a fuera.
-si no me dice quien es colgare.
-Soy yo Daniel.

Me quede helada, no podía responder y colgué el Teléfono, empecé a temblar, estaba parada como Idiota, hasta que reaccione y me acerque a la ventana, poco a poco hice a un lado las cortinas y mire, me percate que a lado de la camioneta de Alejandro estaba el automóvil de Daniel, no era mentira, el estaba a fuera de mi casa, cuando vi que abrió la puerta salió, rápidamente cerré la ventana. ¿Qué hacía el aquí?, de pronto toco el timbre, Alejandro seguía sin despertarse, me arme de valor y abrí la puerta.
-Hola, me saludo apenado.
Yo no respondí a su saludo, hice solo un gesto de sorpresa.
-Se que no esperabas verme aquí, y siento molestar, solo quería ver si mi hermano estaba aquí, con eso que tu y el son muy "amigos".
-Si, lo somos, muy buenos, y si él está aquí, está durmiendo, pero trae su móvil, ¿Por qué no lo llamaste?.
-Manda al Buzón, me respondió.
-Qué raro, yo no he escuchado nada, le respondí. Pero espera deja lo llamo.
Le cerré la puerta y no lo invite a pasar, la verdad mirarlo otra vez me recordó, todo lo que vivimos, y pensé, ¿Cuánto tiempo duraría hasta olvidarlo completamente?,cuando me dejara de importar, el fue una persona muy especial, estuvo en mis momentos mas difíciles, tenía un nudo en la garganta, pero no podía llorar, no frente de él.
Me acerque al sillón y moví a Alejandro.
-Ale, ale, despierta.
-¿mmmm?, no quiero levantarme.
-te busca Daniel, en la puerta.
Tardo 5 minutos en lo que se paraba, al fin salió a ver que quería Daniel, tardaron platicando un poco menos de 15 minutos, y Alejandro se metió.
-Dice Daniel que si puedes salir, que necesita hablar contigo.
-¿Qué quiere?.
-Nosé pero por qué no lo averiguas.

-Nosé, ¡y si vuelve a decirme cosas hirientes?.
-No lo creo, esta diferente ahora, Pues dale el beneficio de la duda y habla con él.
-Tienes razón, le dije.
Salí a la calle para hablar con él y saber lo que quería.
-¿Qué necesitas?.
-No mucho, solo pedirte perdón, por todo, creo que tú ya lo olvidaste, pero quiero que sepas que estoy muy apenado por todo lo que te hice.

-Esta bien, ¿es todo?, le respondí.
-No, espero que de verdad seas feliz con otra persona y que no olvides que eres una persona que vales mucho.
-no te preocupes por mí, tengo claro que no debo buscarte y que tú te casaras, y será feliz, muy feliz, con "el amor de tu vida", yo tengo que continuar con mi vida y lo haré.

Por dentro ni yo me creía lo que le respondía a Daniel, pero ya no quería sufrir más, no quería sentir ese dolor de nuevo, esa angustia.
-Ojala me perdones, ¿y sabes?, te juro que sabrás mis razones porque hago esto, y tal vez puedas perdonarme de corazón.
Se acerco a mí y me dio un beso en la frente, como aquel beso que me dio, cuando me puse mal, una lágrima salió, se dio la vuelta y se fue, Me metí a mi casa y Alejandro estaba viendo la televisión, no le dije ni una palabra y me fui para la cocina, el se paro atrás de mi me volteo y me abrazo, fue exactamente lo que necesita, un abrazo así, tan fuerte, tan inesperado, en el momento correcto.
-Todo estará mejor. Me dijo Alejandro en el Oído.
-Gracias.
Nos soltamos y no lo mire ni a los ojos me voltee a seguir preparando los emparedados.
-¿entonces?, ¿ya estas lista?
-Mas que lista, de verdad que me hacen falta unas vacaciones, lejos, muy lejos de aquí.
Tomamos mis maletas y las subimos a la camioneta, guarde los emparedados, y me termine de alistar, salimos como a las 10 de la noche.
Esa noche Alejandro manejo mucho, cantamos, platicamos, ya sabía toda su vida, y el parte de la mía nos contábamos todo, dieron las 2 de la mañana y nos acercamos a un pueblito, que estaba cerca de la carretera, aún nos faltaban aproximadamente 10 horas de viaje, y el ya estaba muy cansado, así que decidimos buscar un lugar en donde quedarnos, encontramos un pequeño motel, y ahí nos hospedamos, sinceramente me agradaba pasar tiempo con él, aun que le sobraba dinero, me hacía sentir cómoda con cosas no llamativas.
El cuarto solo tenía una cama, así que el me dejo la cama y el durmió en el suelo, al otro día me paro temprano y salimos a desayunar, regresamos y arreglamos de nuevo todo, y proseguimos el viaje, al fin llegamos a Guadalajara, era un lugar muy caluroso, yo odiaba el calor, amaba el frió, pero de verdad necesitaba estas vacaciones.
-¿falta mucho?. Le pregunte a Alejandro.
-Realmente 4 horas, iremos a puerto Vallarta, ahí tenemos una cabaña muy cómoda, la pasaremos muy bien.

Sinceramente yo ya estaba muy cansada por el viaje así que me dormí, al despertar estábamos llegando a un lugar hermoso, se veía la playa y todo estaba muy solo había una o que otra casita cerca, pero de verdad me encantaba el lugar, llegamos y cuál fue mi sorpresa, no era una cabañita, era una cabaña súper grande, hermosa, jamás había estado en un lugar, tan lujoso y lindo, nos bajamos y Alejandro bajo todas las maletas, me enseño "la cabaña" y los cuartos, también me mostro donde me dormiría, estaba hermoso, mi cuarto tenía una bañera propia.
-Ponte cómoda, y si quieres descansa, que la noche es joven.
-Esta bien le respondí.
Entre al baño y me metí a la bañera, era tan relajante me quede como 30 hora, mis manos ya estaban arrugaditas, así que me Salí, bus que un vestido, el clima era muy caliente y no podía estar tapada, me peine y me puse un poco de labial, ya eran más de las 10 de la noche, y salí.
-Te vez muy linda Sofía, me dijo Alejandro.
-Salgamos a caminar por la playa, ¿Qué dices?.
-Claro, me encantaría.
Salimos a caminar ya estaba muy oscuro pero el mar se veía hermoso, combinaba con el cielo estrellado, nos quitamos las sandalias y nos acercamos a la orilla, las olas mojaban nuestros pies, el se agacho y me aventó agua en la cara.
-No, no lo hagas.
-Claro que lo haré, y me volvió a mojar, me agaché, para agarrar agua entre mis manos, pero el ya estaba corriendo, lo perseguí como tonta, pero de verdad me estaba divirtiendo, lo moje y le avente arena en la cara, después el me correteó, pero era muy rápido y me jalo asta tirarme en la arena, quedo exactamente arriba de mi, sentí un cosquilleo por todo el cuerpo, mi piel se estremecía, podía sentir su respiración en mi cara y su cuerpo húmedo sobre mi cuerpo, jamás había esta así, tan cerca de un hombre, me limpio la cara con la misma agua de la playa, y me dijo.

- eres hermosa, amo tus pecas Sofía.
Yo no podía hablar, estaba paralizada, pero el lentamente acerco su boca a la mía, sabía que iba a suceder, era inevitable, creo que una parte de mi lo pedía, y mi subconsciente lo esperaba, entonces el...

Historia de SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora