Detras del cielo

La verdad

Era lunes ya habían pasado las primeras horas de clase al cuál es yo me sentía sola ya que Guadalupe mi mejor amiga no había ido, era la única que estaba sola. Así que aproveché el tiempo para ir a comprar mi desayuno, el cuál fue una guerra de quién pasaba a comprar ya que todos se amontonaban, pero al final de todo obtuve mi torta y mi jugó, como pude intenté salir de la bola de estudiantes, pero de pronto trompese, mi torta salió volando y empecé a escuchar las carcajadas de todos los chicos.

- Tragame tierra dije entre mí.

Entonces escuche una delicada voz que decía,

- Toma mi mano
- gracias. (contesté apenada)

Me levanté y volteé a ver a la persona
para  volver a dar las gracias.
Era una chica hermosa de ojos preciosos color café claro, su sonrisa era maravillosa, y su pelo era muy rizado, tenía un excelente cuerpo, ella se río y me dijo.

- Tu torta está viva.
- Si (le conteste)

Nos miramos las dos y nos empezamos a reír, ella sonreía tan hermoso, sus ojos me veían, el cual empecé a temblar de los nervios.

En ese momento le agradecí y me fui corriendo a mi salón, pero el sentimiento aún estaba de pie dentro de mí.
Qué era lo que sentía, pensaba y pensaba.
Después de terminar las clases llegué a casa, subí a mi cuarto me tiré en la cama cerré los ojos y en ese momento salió una imagen de aquella chica que me ayudó, no podía dejar de pensar en esos ojos claros tan hermosos esos labios tan refinados color rojo, su cabello tan brillante, pero de abrí los ojos y me dije a mí misma.

- Pero en qué estás pensando.
Ella es una mujer, ¡esto no está bien! me metería en muchos problemas, qué dirían mis padres, qué dirían mis amigos, ¡qué hago Dios mío! Lo que estoy sintiendo no es normal.

En ese momento salieron lágrimas, porque no sabía qué era lo que sentía, porque sentía tanta felicidad al pensar en esa chica, después de eso lo único que hice fue acostarme en mi cama y descansar.
Pasó la tarde mamá y papá llegaron como de costumbre a las 6 ya que ellos está van muy ocupados en su trabajo, no me atreví a decirles lo que por mi mente estaba pasando, asi que decidí callar y dejarlo pasar.