Capítulo 9

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-Podemos ir a un vídeo club y rentar cualquier película que quieras-dice Joe mientras nos dirigimos a su casa

-¿Tú no tienes películas?-pregunto y sonrío

-No creo que te gusten-dice y sigue conduciendo-a las chicas les gustan los clichés románticos-añade en un susurro

Sonrío y asiento, haré lo que dice, aunque espero que tenga una buena película de terror en su casa...


Después de salir del vídeo club tenemos tres paquetes de palomitas, dos botes de helado, algunos chocolates y la muy romántica película "Titanic".

-¿Lista para una noche de película, muchas palomitas y helado?-pregunta mientras subimos al auto y mira la caja de la película

Intento no reírme y asiento, es increíble que Joe crea que a todas las chicas nos vuelven locas las películas románticas en donde la protagonista no hace más que esperar la llegada del amor de su vida, aquel que estará con ella durante el resto de sus días, eso no existe en la vida real, así que es mejor una irreal y sangrienta película de terror.

Cuando llegamos a su casa me doy cuenta que es muy parecida a la de John, tal parece que los luchadores tienen afición por el lujo. Solo hay una cosa que logra que la casa de Joe sea mejor que la nuestra...fotos, muchas fotos; de él, su hija, de sus padres, su familia y una mujer que aunque insisto no logro que me diga quién es.

-¿Estas lista?-pregunta con fingida emoción y enciende la tv

-Creo que también sería bueno pedir una pizza-digo y sigo observando las fotografías, un detalle muy hogareño para un lugar tan frió e impersonal.

En casa, Nikki se opone a tener fotografías que no sean de ella, sola o con John. Los únicos recuerdos familiares que puede haber se encuentran en mi habitación y nunca deben salir de ahí.

-No entiendo cómo eres tan delgada-dice después de colgar el teléfono- comes más que yo

-¿Cómo debo tomar eso? ¿Cómo un cumplido o un insulto?-pregunto y arqueo una ceja

-No, para nada un insulto, solo es algo que llama mi atención-dice y me regala una dulce sonrisa

-Supongo que se lo debo a John-digo y suspiro-desde que cumplí 16 fue obligatorio el gimnasio así que...-explico y sonrío

-Muy bien-dice y se pone a mi lado que sigo observando la foto de la mujer que está en su repisa

-¿Me dirás quién es?-pregunto y tomo el marco con la foto de la mujer

-No-dice de manera tajante y me arrebata el marco para colocarlo en su sitio

¡Valla! No creí que reaccionaria de tal manera. Decido cambiar de tema ya que parece que toque uno que no debo.

-¿De ti me contaras?-pregunto y camino hacia donde están los DVD; genial "psicosis"

-Pues no hay mucho que contar-dice y me sigue-provengo de una familia de luchadores, tengo una hija y es todo

-¿Y la mamá de Joelle?- pregunto con interés

-La conocí cuando apenas éramos adolescentes- comienza y deja de mirarme- me enamore de ella desde que la vi y no descanse hasta que ella sintió lo mismo por mi

Su voz se va apagando, se convierte en un susurro lleno de dolor y me siento fatal por preguntar, aunque al mismo tiempo quiero saber más.

-Cuando tenía veintidós, supe que Joelle vendría al mundo-continua y toma la foto de su hija- todo era perfecto pero con el tiempo las cosas cambiaron. Cuando Joelle nació su madre comenzó a alejarse de mí, cada vez más, hasta que fue inevitable que se fuera de mi lado

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