Carta VIII.

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Querido pelirrojo.

Ayer llegaste tarde pero te vi comer el caramelo y sonreír.

Hasta podría jurar que tus ojos verdes me miraban pero obviamente eran alucinaciones.

Escuché como José te decía que habías enloquecido, quise voltear y ver por mi misma lo que hacías pero no me atreví.

No puedo dar más pasos, esto es imposible.

Por eso, sólo te observaré desde lejos y te hablaré por mis cartas.

Te dejaré de ahora en adelante un caramelo sabor a piña.

Hasta la próxima carta.

Te quiero mi chico de cabello rojo.

Querido Pelirrojo.[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora