Cuando solo sois "amigos".

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Al día siguiente, me levanté como siempre, salvo por el detalle de que seguía sin poder ir al baño.
Esto me afecta bastante, ya que no puedo dar un paso sin cagarme en todo. Literalmente.

Por tercer día consecutivo desayuné kiwis. Voy a acabar verde y con pepitas al final (Y Nemael se lo comería) ¡CALLAOS ESCRITORAS PERVERTIDAS!

Tomé el coche como siempre, porque soy muy normal y todo.
Tardé media hora en llegar al instituto y eso que llegué temprano así que de camino al pasillo, me encontré con Coberl.

Mierda. ¡Qué bien! ¡Me encanta! Vale, ya sé que se supone que hemos arreglado esa peleilla, pero para empezar, las mañanas no se me dan para nada bien, lo que significa que no estoy de humor para hablar con gente. Y segundo, soy muy rencoroso así que por mucho que nos hayamos perdonado voy a seguir siendo más borde que una esquina.
Y para colmo, llevo sin ir al baño tres días seguidos.

-¡Buenos días, Zephir! -me saludó sonriente mientras movía su mano enérgicamente.

-Mhmh- farfullé mientras levantaba la mano en modo de saludo.

-Oye, tienes mala cara ¿estás bien? -colocó la palma de su mano en mi frente comprobando que no tuviera fiebre.

Le levanté el dedo del medio en función de "Gracias"
Nadie me toca. Menos ahora. Joder.

-Lo siento -se sorprendió- no quería molestarte.

-Sí, ahora déjame en paz -me puse a un lado y seguí caminando a la clase que me tocaba.

"Zephir la Diva" me llaman.
Me senté en el pupitre que estaba más cercano y me puse a dibujar un cómic que hacía cuando me aburría, no sabía dibujar, pero la trama era buena.

Coño, me duele la barriga. Menos mal que no hay nadie para verme en esta situación tan ridícula.

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Puede que Coberl sea adivino, ya que tras una hora y media de clases, casi no podía levantarme del asiento para el cambio.
Por estúpido que suene, tuve que decirle a mi profesora que me dolía hasta el mismo ciego del intestino grueso y me fui acompañado a casa -ahora viene lo mejor- por Nemael.

Simplemente, estupendo.

Así que, a duras penas le aguanté sus preguntas en el viaje, estaba más ocupado intentando no morir en el coche. Imaginaos que esquela más triste "Muere por no poder ir al baño" o "Muere por indigestión de kiwis".

Cuando por fin llegue a mi casa, fui al baño sin éxito y luego llegue a duras penas a mi cama, donde me senté apoyándome en la pared.

-¿Quieres algo? ¿Aquarius? ¿Un abrazo? -dijo Nemael con intención de que aceptara.

Ni aún si su abrazo fuera la cura para el cáncer, dejaría que me tocara, joder.

-No gracias, solo quiero tranquilidad.

-Oh, bueno -dijo apenado.

Me miró con ganas de que dijera algo más, aunque creo estar seguro de saber que estaba pensando, es tan predecible.

-Agh, ¿vemos los vídeos de gatitos? -farfullé.

-¡Sí! Me encantas, ¡es decir! ¡Me encanta que sepas lo que pienso! No espera, no eso no era...- mientras intentaba ocultar lo dicho, por muy obvio que sea, agarré el móvil de mi bolsillo y entré en YouTube.

Le chisté y cuando estuvo callado, di unas palmadas sobre mi cama, dándole a entender que se sentara a mi lado. Puedo decir que su cara es un poema, entre emocionado y sorprendido, no sé si me explico.

Lentamente -como si pensara que me iba a asustar o algo- se acercó y acto seguido se sentó sin apenas tocarme, se ve que ya me conoce.

---

Estuvimos siete malditas horas viendo vídeos, videos, y más vídeos. Creo que solo se levantó él para traerme algo de comer, también sin resultados.
Dioses, realmente los vídeos de gatos son adictivos.

Después de "Gato salta desde una mesa y aterriza sobre un cachorro" y "Gato canta canción de Justin Bieber" me rendí y tuve que parar el video, recibiendo una queja de Nemael, que sujetaba mi teléfono.

-¡Oye, que ahora iban los agudos! -replicó Nemael alterado.

-Ya está bien, te juro que si escucho otro maullido más, pensaré que la voz humana es extraña.

-Miau -le pegué con un cojín- De acuerdo, ya me callo -dijo riéndose.

El pobre me parece tan tontito, que me da la risa. Me quedé con el cojín en las manos mientras me empecé a reír con él.

De repente -no me daría cuenta- nos quedamos mirándonos durante unos segundos, algo me estalló en el pecho y Nemael deformó su sonrisa a un gesto serio para acercarse muy -pero que muy- lentamente hacia mí.

Concretamente mi cara, mis labios.
En especial a agarrar mi barbilla.

Y no sé si hay algo roto en mí, que no opuse fuerza, es decir, mierda.
Así que mi mente se relajó y a la vez mi cuerpo se tensó, nada más sentía su mano sujetando mi barbilla y nuestra -cada vez más corta- proximidad.
Es mi amigo, no creo ser gay, el hombre de las fotos (él que elige las de hombres y mujeres, llamémosle Stan) solo encuentra fotos de Nemael cada vez más cerca de mí y yo abriendo la boca, él igual y al final--

-¡Zephir, tus amigos han venido a verte! -gritó mi madre desde el piso de abajo.

Pegué un bote y rápidamente empujé a Nemael al punto de que casi se cae de la cama, pero al escuchar las voces de Miho y Rendor hablando sobre ¿empanadas? ¿Qué mierda? acabó levantándose de la cama y respirando profundamente para quitar el sonrojo de su cara.

Por dios, que parece un tomate espachurrado en la carretera.

Yo por suerte, solo estoy alterado pero me tranquilicé nada más oír que venía Coberl con ellos.

Espera, ¿qué?

Bajé a duras penas con un Nemael sonrojado detrás mía, y efectivamente estaba Coberl abajo con mis compañeros.
Por no ser descortés ... (Porno JAJAJAJA) -En serio escritoras, estáis dando mucho por culo en este capítulo- (como a tí Nemael tra la la *huyen de la vida*) - Joder chicas, voy a dimitir y me voy a escribir una historia yo solito.

En fin, como iba diciendo, los saludé para no ser descortés y a continuación nos sentamos en los sofás que habían en el salón.

-¿Qué hacéis aquí? -pregunté confundido.

-Quiero creer que te avisamos pero estabas tan mal que lo más probable es que no nos lo tomaras en cuenta -explicó Arty.

-Vale, eso no responde a mi pregunta.

-¡Zephir! ¡No seas irrespetuoso! -gritó mi madre desde la cocina.

Solté un suspiro y volví a preguntar.

-Bueno, ¿para qué habéis venido?

-Pues se supone que íbamos a quedar para hablar sobre a qué sitios ir -Arty miró a Coberl- para lo de la exposición de Corby.

¿Corby? Arty, me decepcionas, pero vale.
Recuerdo que estuvimos hablando algo sobre que el tema de su exposición trataría sobre sitios abandonados y que por eso se quería venir con nosotros.

-¿Entonces a dónde vamos al final? -pregunté cansado.

-Vamos al Hotel San Tino -todos dirigimos nuestras miradas a Nemael- lleva abandonado dieciséis años -dijo seriamente.

El Chico Anti-ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora